Hay dos cementerios judíos en Dresde, una ciudad que albergó una gran comunidad judía segada por el Holocausto, uno de cuyos sus supervivientes más conocidos fue el escritor Victor Klemperer, y demasiado silencio en torno a la misma. Incluso este cementerio está mal señalizado, olvidado y abandonado, como la memoria de millones de alemanes.
por Ricardo Angoso
Aunque no fue una de las más numerosas y protagónicas en la escena alemana, la comunidad judía de esta ciudad sí es una de las más antiguas y organizadas de este país. Contaba con dos cementerios, uno en la Pulsnitzer Straße y otro en Friedler Straße, que es el que se considera como el Nuevo Cementerio Judío de Dresde y que también recibe el nombre de la calle donde se encuentra. El de la Pulsnitzer Straße solamente se puede visitar a través una visita concertada con una asociación local -Hatikva- y el que reseñamos si está abierto -consultar horarios- y está en un perfecto estado de conservación y limpieza.
Hemos podido leer en las páginas del ayuntamiento de esta ciudad esta interesante y sintética reseña sobre la historia judía de la urbe: “La comunidad judía de Dresde cuenta con una historia de más de 160 años. Sus orígenes se remontan al siglo XIII, pero todos los judíos que vivían en la región sajona fueron expulsados del país entre 1500 y 1700. No fue hasta el siglo XIX que la vida judía comenzó a desarrollarse gradualmente de nuevo. En 1837, la aprobación de una ley que otorgaba a los habitantes judíos de Sajonia igualdad y plenos derechos ciudadanos permitió a la comunidad de Dresde salir de la sombra. Creció continuamente hasta 1933, y sus miembros realizaron importantes contribuciones a muchos aspectos de la vida social de la ciudad. En su apogeo, la comunidad contaba con casi 6.000 miembros”.

Conviene destacar que Dresde quedó dentro de la Alemania comunista tras la Segunda Guerra Mundial, por lo que muchos de los sobrevivientes al Holocausto y a la Segunda Guerra Mundial emigraron hacia Occidente e Israel después de 1945, y que el nuevo régimen tampoco fue muy receptivo hacia los judíos. La mayoría de los sobrevivientes del Holocausto en Dresde se aventuraron a un cauteloso nuevo comienzo junto con antiguos prisioneros de campos de concentración.
En 1950, la comunidad recibió una sinagoga provisional: la antigua sala de duelo junto al Nuevo Cementerio Judío en Fiedler Straße que se utilizó para servicios judíos hasta 2001. Hacia 1950, la comunidad judía había crecido hasta unos 200 miembros, pero este número disminuyó gradualmente con el paso de los años debido al envejecimiento, hasta que sólo quedaron 60 en 1989, a pesar de la presencia constante de actividad religiosa y cultural.
En lo que respecta a este cementerio, hemos encontrado esta reseña que nos ilustra algo sobre el lugar, “El Nuevo Cementerio Israelita fue inaugurado el 2 de junio de 1867. La sala funeraria fue construida el año anterior según los planos del arquitecto Ernst Giese, quien la situó en el eje central del recinto del cementerio como punto focal. El primer entierro en este cementerio también tuvo lugar el mismo año. Tras el cierre del Antiguo Cementerio Judío en la Pulsnitzer Straße, en el barrio Neustadt de Dresde, a partir del año 1870 tuvieron lugar aquí más entierros”.
Luego, hemos perdido algo el rastro del mismo y tenemos algunas noticias ya procedentes del periodo nazi sobre la comunidad, pero no tanto sobre este lugar: “Con el comienzo de la dictadura nacionalsocialista en 1933, comenzó el proceso de persecución, expulsión y asesinato de la población judía de Dresde. Muchas de las lápidas reflejan esta historia. Durante el bombardeo del 13 de febrero de 1945, el recinto y la sala funeraria sufrieron varios impactos fuertes”.
Fuente citada y consultada:
https://www.johannstadt.de/orte/neuer-israelitischer-friedhof/.

“En 1950 se construyó sobre los cimientos de la sala un nuevo edificio que, hasta la consagración de la nueva sinagoga en Hasenberg en 2001, sirvió a la comunidad judía de Dresde como sinagoga y como sala funeraria y que hoy en día sigue utilizándose como sala funeraria. Debido al fuerte crecimiento de la comunidad desde la década de 1990 debido a la inmigración de judíos de la ex Unión Soviética y al gobierno judío de que las tumbas se crean para la eternidad, los terrenos del cementerio existentes ya no eran suficientes. La consagración del área de ampliación del Nuevo Cementerio Israelita tuvo lugar el 12 de noviembre de 2014”, agrega la misma fuente ya citada.
Como en otras partes de Europa, la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto causaron graves daños a esta comunidad que, en 1945, no mostraba signos de vida. Cientos de judíos fueron enviados a su muerte desde la estación de tren histórica de Dresde, la Alter Leipziger Bahnhof, en 1942, otros ya habían huido antes de esa fecha y otros centenares murieron en los terribles bombardeos que asolaron la ciudad en 1945. En enero de 1945, 174 hombres, mujeres y niños judíos aún vivían en Dresde. Algunos perdieron la vida durante los bombardeos de febrero sobre la ciudad, pero otros sobrevivieron porque las últimas deportaciones planeadas no se materializaron tras los ataques. Luego la llegada del régimen comunista y la ocupación soviética, a partir de esa fecha, hicieron el resto y la mayor parte de los judíos de Dresde huyeron.

Hoy en día, según he podido leer en varias fuentes, la comunidad podría superar los 700 miembros, crecimiento debido, sobre todo, a la llegada de miles de judíos a Alemania procedentes de la extinta Unión Soviética y Europa del Este. Pese a todos los contratiempos y el afán genocida de los nazis por borrar todo rastro de la comunidad judía de Dresde se puede decir que en los últimos años esta comunidad ha tenido un proceso de resurrección me atrevería a decir que único e inesperado.
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