Una amistad marcada por la eternidad – El Blog de Lucy Cosme

Lucy Cosme junto a otros líderes cristianos latinoamericanos y el PM Netanyahu

Lucy Cosme
Twitter: @lucycosme / Instagram: @lucycosmeth / Facebook:  Lucy Cosme

La amistad que se convierte en una experiencia crea devoción, ese profundo sentido de respeto, complicidad y propósito que dejan una marca palpable al ojo público.

De ahí que con sobradas razones entendemos el proverbio cuando dice “en todo tiempo ama al amigo, porque un amigo puede llegar a ser más cercano que un hermano”. Esta no es solo una verdad que trasciende al tiempo, también a culturas, masas, geografía, sistemas políticos, tendencias religiosas y teologías, y lo cito para referirme a la épica amistad judeo-cristiana.

Un vínculo que en los últimos años se ha hecho más visible y estrecho, algo así como el cordón de los zapatos de millones de peregrinos que día por día dejan su tierra y su parentela para explorar los senderos del Padre Abraham, explorar la cuidad del gran Rey David y convivir con toda la belleza y riqueza espiritual e histórica que convergen intactas en el Israel de los tiempos de Jesucristo.

En mi experiencia personal como parte de una comunidad cristiana, conozco muy bien el anhelo ferviente de miles y millones que en su lista de sueños tienen como encabezado conocer Tierra Santa, compartir con el pueblo judío, vivir una experiencia que supere sus más caras expectativas, y lo cierto es que a Israel no se va, se vuelve!

La amistad del pueblo cristiano de todo el planeta hacia Israel y juntamente hacia el pueblo judío, está cargada de respeto, admiración y lealtad. Entendiéndonos ramas injertadas en el olivo de una fe milenaria, cuyas raíces honramos integralmente, concilios, asociaciones de pastores, misioneros e instituciones que aglutinan y representan el pensamiento evangélico y sus directrices no dudan en inspirar a la feligresía global a orar, conocer y apoyar al Estado de Israel y al pueblo judío en cualquier punto del mundo donde exista una comunidad.

Quienes hemos sufrido el rechazo, la marginación y persecución comprendemos mejor la lucha que «el pueblo del libro”, como muchos le han llamado, siguen librando aún hoy, mientras la amplia bandera de la estrella de David hace su danza de la libertad en cada movimiento, declarando ser la única democracia de Medio Oriente y acogiendo en su territorio ilimitados visitantes, estudiantes y nuevas empresas, el antisemitismo desenfrenado saca las garras para acorralar y destruir.

Creciente en Latinoamérica, brutal en Europa y digno de toda cautela en América y otros continentes, esta amenaza reincidente nos lleva con un sentido de urgencia a pasar esta amistad fraterna a otro nivel, no solo para admirar, orar e inspirar, sino para estar atentos, activos y efectivos para prevenir, denunciar y desactivar actos antisemitas, que no solo fomentan el terror, sino que son indudablemente un tipo de maldad creativa, despiadada y vergonzosa. El antisemitismo como el terrorismo no agregan valor al mundo actual en ninguno de sus formatos, son pura y simple agresión e irrespeto al derecho de la coexistencia y la paz tanto colectiva como personal.

Mientras muchos repiten que amar es un deber pero ser amado es una bendición, acontece que no solo el mal avanza. Los hijos de la luz no pierden oportunidad para brillar y reciprocar los buenos sentimientos y acciones.

En los últimos años han sido múltiples y sostenidas las declaraciones de diversos líderes del judaísmo que han levantado sus voces para decir que el pueblo cristiano es el mejor amigo de Israel en todo el mundo. Estas expresiones más que leerlas se han convertido en las declaraciones públicas del mismo primer ministro Benjamín Netanyahu, y que tuve la alegría de escuchar durante una importante reunión en Jerusalén que sostuvo con la Coalición de Ministerios Evangélicos Latinoamericanos por Israel. En este escenario, la amistad judeo cristiana se respiraba como la mejor fragancia, anunciando que los mejores días de esta relación están por venir.

Otras alturas nos esperan y mientras Israel se acerca a la luna, atravesando las barreras de nuevos retos tecnológicos, desafíos militares, avances científicos sin precedentes, nuevas formas de inteligencia y viejos paradigmas, las relaciones judeo-cristianas se vislumbran con más futuro que pasado, se reinventan, se elevan y se sostienen en la órbita del compromiso y la solidaridad!


Lucy Cosme es una amante de Israel, conferencista, pastora, coach, autora, comunicadora de radio y televisión, activista por Israel en América Latina y Directora de la organización benéfica Villa Bendición en República Dominicana por 22 años. 

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