En la Escuela de Ingeniería, Diseño y Arte Shenkar se inauguró en estos días una exposición con los trabajos de arte multidisciplinario de los flamantes egresados de dicho departamento. Los encargados señalan: “El año 2020 será recordado en los libros de historia como un año que nos dio muchas lecciones, en el micro y el macro. Pequeñas tiendas y grandes corporaciones colapsaron en un abrir y cerrar de ojos, entramos en cuarentena y aprendimos de primera mano qué es la ‘distancia social’. Los mensajes y las lecciones impregnan y entran lentamente en la experiencia y la memoria humanas. Ahora estamos comenzando a procesar la información y a entender qué se puede derivar de ella y cómo superar el golpe.”
“Nos acercamos a la exposición de fin de año con nubes de interrogantes: ¿Habrá exposición? Y si es así, ¿cómo continuamos y de dónde venimos como humanidad? Comprendimos que necesitamos interacción humana, tacto, curiosidad. No parece haber ningún sustituto real para un apretón de manos o un abrazo. Junto a todo esto, también hay alegría por la calma y tranquilidad que se han generado, y por la naturaleza que ha vuelto a respirar bien”.
Agregan: “nuestros estudiantes abordaron el trabajo en sus proyectos finales con una preocupación por las tendencias de ‘casi el fin del mundo’ en las que aprendimos del Coronavirus. Así llegaron a su fin 4 años de estudio completos y desafiantes en los departamentos de ingeniería, diseño y arte de Shenkar. Los recién graduados se han preparado para presentar sus proyectos finales en una variedad de áreas como sociedad, medicina, economía, feminismo, orgullo e independencia”. Se puede visitar hasta el 17 de septiembre de 11 a 20 horas y viernes de 11 a 13 horas. En Ana Frank 12, Ramat Gan.
Tom Ariel y Nathaniel Hockey presentaron un proyecto en el que todas las imágenes fotografiadas son máquinas, herramientas mecánicas en movimiento que se han encontrado abandonadas. Su funcionalidad se detuvo hace mucho tiempo. Los signos de óxido y el crecimiento de la naturaleza son ahora parte integral de ellas. Los objetos fueron fotografiados a altas horas de la noche, y ya no son las mismas máquinas oxidadas. La forma en que se fotografían los convierte en monumentos animales. El valor más importante en este trabajo es el tiempo. Bar Lugsi y Almog Gabrieli en su proyecto final erigieron una instalación que consta de una serie de objetos escultóricos que se relacionan principalmente con objetos domésticos locales. Son obras escultóricas realizadas con materiales tanto personales como domésticos e industriales.
Eden Prozensky nació en la década de 1990, un período de tiempo atribuido a la generación millennial. En el proyecto final presenta una pintura de la adoración del cuerpo físico humano mientras realiza acciones vagas que requieren una convergencia física cargada.
Victor Heyman nació en Estonia y emigró a Israel en 2002. En su disertación presenta un canal de video en dos canales. En su viaje, tal y como se expresa en sus películas, Heyman vuelve a los paisajes que recuerda casi exclusivamente de fotografías. Impresionantes vistas desde la ventana de un tren y la desintegración del período soviético. En el centro del trabajo se encuentra Anna, la abuela de Víctor, que todavía vive en Ucrania y es la última ancla de su nieto con este país. Heyman documenta a Anna en sus actividades diarias.
Carolina Marco en su proyecto final expresa su profesión como maquilladora profesional, la reinventa y determina su lugar y función en el mundo del arte superior. La videoinstalación que presenta incluye figuras familiares de la historia del arte, figuras que han sufrido una dolorosa mutación material hasta el punto de abolir su esencia absoluta.
