Hace unos días el actor y guionista judío, americano y canadiense, Seth Rogen dio una entrevista en un conocido podcast, y entre comentario y chiste, expresó que “era una mala idea tener a todos los judíos en un mismo sitio”. A Israel se refería. También, criticó la formación educativa que recibió de niño y joven, en escuelas dominicales y campamentos, como muy superficial. Difícil entender la complejidad de Israel en base a estas experiencias.
Seth Rogen, es un guionista y actor exitoso. Mucho más allá de la satírica película “La Entrevista”, que causó escándalo y furor, tanto por el tema como por la manera que vio luz pública. Al tomarse la molestia de ver su curriculum se puede percibir que es prolífico, versátil y una persona que apoya causas nobles.
Rogen además, es producto de una familia judía bastante típica de nuestra época. Sus padres se conocieron en un kibutz, su papá trabajó en una institución benéfica judía. El y su hermana, se puede decir que han tenido una vida muy comunitaria.
Su comentario sirve para hacer algunas precisiones que todos sabemos, que ejercemos, pero no necesariamente en forma consciente.
En primer lugar, que Israel es el Estado Judío. Y por ello, no obstante que no todos los judíos son israelíes, todos se sienten con el derecho de opinar. Recomendar y reclamar. No es lo más agradable para los israelíes que viven el día a día de mantener y defender el país, pero visto desde un lado positivo, es un éxito que todos se sientan involucrados nacionalmente.
La educación judía de la diáspora, y la de Estados Unidos en particular, incluso aquella que apoya la Agencia Judía para Israel, es poco profunda. Folklórica. No es responsabilidad única de instituciones educar, pero sí llama la atención que Seth Rogen, una persona culta y formada, se queje de su formación académica. Y de sus motivaciones agregaríamos.
La judería de la diáspora, y la de Estados Unidos y Canadá, se ha venido desconectando de su compromiso e identidad con Israel. Atribuir esto a la política israelí, a las campañas electorales o al rechazo a ciertas situaciones que se viven circunstancialmente en Israel, es una banalización de los problemas de educación, solidaridad e identificación de las nuevas generaciones con el ideal sionista y el Estado de Israel. La ideología, en nuestros días, ha cedido espacios a un inmediatismo virtual que poco ayuda a la cohesión del pueblo judío.
Isaac Herzog, el flamante presidente de la Agencia Judía para Israel, escribió una carta a la madre de Seth Rogen. Y esta organizó un Zoom de Herzog con Rogen. Conversaron, aclararon algunas cosas. Entre ellas, que Rogen había sido citado fuera de contexto cuando habló en su calidad de humorista. A los pocos días, Rogen se molestó porque Herzog hizo público algunos temas tratados en la conversación. Nada de mayor gravedad se entiende.
Queda claro que los judíos de todo el mundo se preocupan por Israel. Que los judíos de Israel toman en cuenta lo que dicen de ellos y reaccionan. Que todos los judíos se sienten con derecho a opinar, reclamar, contestar y protestar. Y que el carácter judío de todos se manifiesta porque siempre puede intervenir una autoridad superior: La Idishe Mamme. La siempre presente madre judía.
Cuando hay problemas con un judío… le decimos a su mamá.