Más de mil judíos visitaron el Monte del Templo de Jerusalén para marcar el ayuno de Tisha BeAv, un día de duelo por la destrucción de los dos Templos sagrados.
Según un grupo paraguas que reúne a las organizaciones vinculadas con el tema del Templo, se registró la cifra record de 1.263 judíos, que ascendieron para visitar el lugar sagrado. Por primera vez desde la Guerra de los Seis Días, en 1967, los visitantes judíos superaron la cifra de mil.
Otros miles más acudieron al Muro Occidental (conocido en el mundo gentil como el Muro de los Lamentos), para rezar y sentarse en el suelo en señal de luto.
Nueve visitantes judíos fueron echados del Monte del Templo por violar las reglas del sitio. Cuatro personas –tres judíos y un musulmán- fueron detenidos por atacar a oficiales de policía que trataban de separar una pelea entre ellos.
Cientos de personas se alinearon en fila junto a la Puerta de Mughrabi, la única entrada al Monte del Templo para los no musulmanes, para visitar el lugar. Tras subir por la rampa que conduce al Monte; los visitantes judíos atravesaron los detectores de metal y los chequeos de seguridad para asegurar que objetos prohibidos, incluyendo libros de plegarias y banderas israelíes, no alcanzan el Monte del Templo. Sobre la rampa, los agentes de la policía informaron a los visitantes sobre las reglas, incluyendo la prohibición de rezar e inclinarse como señal de reverencia, en el lugar.
Los judíos también debieron dejar sus documentos de identidad en el puesto de control.
El Gran Rabino sefaradí, Yitzhak Yosef, que se opone a la visita de los judíos al Monte del Templo, dijo que los visitantes estaban “profanando la santidad del lugar. Especialmente, en Tisha BeAv, el día que el Templo fue destruido, mi obligación es una vez más mencionar que la visita al Monte del Templo está prohibida de acuerdo con la Halajá (la ley judía)”.