Doron Fishbein exhibe “Azul y blanco”
En el Museo Janco Dada de Ein Hod, las actividades continúan aún en días de crisis. A fin del mes de octubre el artista Doron Fishbein presenta una exposición que incluye una serie de fotografías de bolsas de plástico, que fueron arrastradas fuera de su espacio natural de compras y enredadas al azar en una cerca de alambre de púas en la pared que rodea una fábrica de jugo de naranja.
La serie va acompañada de un breve trabajo en vídeo. Doron Fishbein se graduó de la Academia de Arte Bezalel y en la Facultad de Física del Technion. Se ha presentado y ha comisariado exposiciones individuales y colectivas en Israel y en todo el mundo. Sus procesos creativos abordan temas que caracterizan el espacio del Medio Oriente, al tiempo que representan la desintegración de los mecanismos culturales. La curadora es Hadas Weiss – Peled
Sobre el tema elegido el artista explica que “una bolsa de plástico es el sello distintivo de nuestra sociedad de consumo. Ha estado rodando durante bastante tiempo, en las llanuras de nuestra salvaje cultura neocapitalista. Aunque se define como un peligro ambiental, nos encontramos usándolo repetidamente, llevándolo con nosotros y guardándolo, en un cajón inferior de la cocina o en una instalación especial para bolsos que compramos en IKEA. La bolsa de plástico es el contenedor completo y flexible de nuestros deseos imaginarios y de los momentos en los que ejercemos nuestro derecho de compra sin compromiso”.
Fishbein muestra a las bolsas en sus diversas encarnaciones. Neutralizadas de su rol en el espacio de consumo, cuando el viento los empuja contra el fondo del alambre de púas y el cielo, se convierten en obras casi abstractas. Sobre ello declara “En sus pliegues blancos – transparentes y en el aire azulado que los esculpe, nos recuerdan, en algunas fotografías, a los inmortales pliegues de mármol que encontramos en esculturas de época clásica. La apariencia del objeto en el centro de la foto contra el fondo de las líneas paralelas y los colores azul-blanco, nos recuerdan a la bandera nacional. Pero la fascinación termina cuando descubrimos en las fotografías que de la bolsa solo quedan unos pocos hilos de plástico enredados en el alambre. Una vez más, nos queda claro que hemos elegido la estética del consumidor, la comida rápida o incluso no solo la comida, sino solo el envasado”.
La serie de fotografías se acompaña con un trabajo en vídeo en el que un par de zapatos colgantes reemplaza la bolsa que fue arrastrada por el viento. El artista comenta: “Aquí, el objeto central sobre el fondo azul y blanco se convierte en un atuendo humano. Pero como los zapatos vacíos implican que se trata de una persona desaparecida, una que no puede concluir nada sobre ser una persona mientras está de pie frente al paisaje azul y blanco en el que existe. Todo lo que le queda, como último recurso, es “colgar los zapatos”, es decir, retirarse, darse por vencido, no pensar en nada, ciertamente no en lo que realmente quiere, y por qué está dispuesto a comprometerse con el tiempo para la empresa llamada Estado de Israel”. La exposición estará abierta hasta el 31.12.20
Enlace en el sitio web del museo: