Teniente general (res.) Gadi Eizenkot Foto: Portavoz miltiar

La noción de una «amenaza existencial» para Israel pertenece en gran medida al siglo pasado, y su uso ya no es útil para evaluar la situación de seguridad de Israel. En lugar de medir los desafíos de seguridad que enfrenta ahora Israel sobre la base de esta arcaica noción, el teniente general (res.) Gadi Eizenkot haría bien en centrarse en las amenazas a los intereses nacionales vitales de Israel.

En un artículo de Yediot Ahronot el 31 de diciembre de 2020, el teniente general (res.)  Gadi Eizenkot expuso su perspectiva de seguridad política. Su evaluación sobre los desafíos de seguridad, que enfrenta ahora Israel, equivale a la declaración: «Los desafíos son difíciles pero no constituyen una amenaza existencial».

Desde la Guerra de Independencia, la noción de «amenaza existencial» ha jugado un papel central en la evaluación de la situación de seguridad de Israel, pero en el momento de la Guerra de Yom Kippur de 1973 ya se había vuelto problemática. En esa guerra, el presidente egipcio Anwar Sadat provocó un cambio estratégico. Planeó la guerra solo con un propósito limitado: no para amenazar la existencia de Israel, sino para asestar un duro golpe a su estatus y su concepto de seguridad.

Los logros militares y políticos de Sadat tuvieron un impacto clave en la configuración de los peligros para Israel que han surgido desde entonces. A medida que se alejaban del nivel de flagrantes amenazas existenciales, fracturaron el consenso que había prevalecido en la sociedad israelí hasta 1967 sobre la cuestión básica de qué constituye una razón suficiente para ir a la guerra.

La situación es similar a la de otras partes del mundo. En la reciente guerra de Nagorno-Karabach, por ejemplo, Azerbaiyán ganó y Armenia fue derrotada, pero la guerra nunca supuso una amenaza existencial para Armenia, que de hecho sigue existiendo e incluso ocupando una parte significativa de Nagorno-Karabach. Israel, por supuesto, no puede permitir tal derrota, incluso si no entraña una amenaza existencial.

La noción de «amenaza existencial» pertenece en gran medida al siglo pasado y su uso no es útil para evaluar la situación de seguridad de Israel. De hecho, la doctrina básica de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) incluye una declaración que tiene en cuenta las diferentes posibilidades: «El campo de la seguridad nacional se ocupa de cualquier amenaza a la supervivencia nacional y a los intereses nacionales vitales». Y es aquí donde comienza la discusión de la doctrina Eizenkot: con un enfoque en intereses nacionales vitales.

Con respecto a la arena palestina, Eizenkot afirmó la necesidad de «luchar por una separación de los palestinos». Aunque muchos ex altos funcionarios del sistema de defensa están de acuerdo con esa opinión, también está estancada en el siglo XX. La separación de los palestinos se llevó a cabo bajo el liderazgo del primer ministro Yitzhak Rabin. Con el establecimiento de la Autoridad Palestina encabezada por Arafat en el verano de 1994, Rabin efectuó una separación de toda la población palestina de la Franja de Gaza. La separación del 90% de la población palestina de la Ribera Occidental [Cisjordania], es decir, de todas las Áreas A y B, se había completado de acuerdo con los planes de Rabin en enero de 1996. Los palestinos permanecían bajo control israelí sólo en Jerusalén Este y en la Zona C.

Lo que la lucha continua por la separación significa en realidad es dividir Jerusalén de acuerdo con los parámetros de Clinton-Barak y retirarse de partes vitales del Área C. En ese sentido, la doctrina Eizenkot se desvía de las posiciones que Rabin afirmó enfáticamente en su último discurso ante la Knesset [Parlamento] el 5 de octubre de 1995.

La implicación práctica de «luchar por la separación» es el desarraigo de más de 150 mil israelíes. Este es un resultado directo de mantener solo «las principales áreas de asentamiento» en manos israelíes. La noción de «arreglos» se centra en «bloques de asentamientos» que no ocupan más del 3% de la Ribera Occidental.

Al hablar de separación, Eizenkot pide «arreglos de seguridad firmes», y ahí radica un desacuerdo fundamental sobre las implicaciones de seguridad de los barrios judíos de la Ribera Occidental. Como claramente ilustra la experiencia de Gaza, los arreglos de seguridad y / o desmilitarización no tienen sentido a menos que estén respaldados por una presencia israelí sustancial sobre el terreno.

Eizenkot comenzó su artículo afirmando: «Israel necesita un liderazgo que guíe al país en el avance de sus valores nacionales, en el cumplimiento de la visión nacional». No podría estar mas de acuerdo. Es aquí donde debe comenzar la discusión, ya que aparentemente no adoptamos la misma visión

Fuente: Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos. 

El general (res.) Gershon Hacohen es investigador senior en el Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos. Sirvió en las FDI durante 42 años. Mandó tropas en batallas con Egipto y Siria. Anteriormente fue comandante de cuerpo y comandante de los Colegios Militares de las FDI.

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