El primer ministro, Benjamín Netanyahu, no tendrá que acudir al juicio en el que está acusado de corrupción hasta febrero, un mes después de lo previsto, ya que la Corte retrasó hoy las sesiones a petición de la defensa.
La defensa pidió una revisión en el escrito de cargos lo que retrasará el comienzo de la fase probatoria cuando Netanyahu está obligado a sentarse en el banquillo tres veces por semana, acusado de fraude, cohecho y abuso de confianza.
El jefe de Gobierno solo tuvo que asistir a la primera sesión de mayo, cuando comenzó el proceso, para escuchar formalmente las acusaciones.
Desde entonces se han celebrado tres audiencias (vistas), la última en noviembre en la que los abogados solicitaron más documentación para preparar su defensa, una petición que analistas y medios interpretaron como una maniobra para ganar tiempo.
La siguiente sesión estaba prevista el próximo 6 de diciembre, pero hoy quedó retrasada hasta el 13 de enero, lo que demora a su vez la fase de declaración de testigos con Netanyahu presente.
Netanyahu es el primer jefe de Gobierno en la historia de Israel que es procesado estando en activo.
Desde mayo, enfrenta un juicio por recepción de regalos a cambio de favores y por supuestos tratos para recibir una cobertura positiva de los medios en tres casos separados de corrupción.
Está acusado de cohecho -por el que la ley contempla hasta diez años de prisión-, de fraude y abuso de confianza, penado con hasta tres años de cárcel.
El primer ministro niega todos los cargos, y ha acusado a medios de comunicación, fiscales e inspectores policiales de orquestar un complot para derrocarlo. EFE