Monumento de la raflle du Vel´ d´ Hiv´16 y 17 de julio de 1942. París, Francia. Imagen de la autora.

“Si cargamos con todo este dolor y aún así siguen quedando judíos, algún día los judíos dejarán de ser los eternos condenados y pasarán a ser un ejemplo”. (Anne Frank, 16/4/1944).

 Anthony Beevor define de forma memorable el perfil de Hitler que puede ser aplicado a cualquier tirano en todos los tiempos, refiere: “el carisma del dictador se basaba, según la conclusión a la que hubo llegado al fin, en una Kriminelle Energie y una indiferencia absoluta ante el Bien y el Mal”.

Se había identificado hasta tal extremo con el pueblo alemán que creía que todo el que se opusiera a él se estaba enfrentando también a ése, se debía morir, “el pueblo alemán no sería capaz de vivir sin él”.

Es el mismo estamento demagógico que ha impuesto el peronismo, siendo así ¡Perón o muerte!, y en ese orden todos los gobiernos totalitarios concuerdan con el perfil de sus dirigentes, demagogos y tiranos, asentados en una dirigencia brutal donde el Mal es aplicado con suma naturalidad, y lo más asombroso es que el pueblo populachero lo acepta con suma indiferencia, sumisión y sin pensar lo que está acatando.

De esta manera vemos la sumisión cobarde en Francia donde deciden capitular, rendirse sin defensa y es Pétain quien acuerda con Hitler entregar París y dejar libre de invasión el sur de Francia.

Es así como el 10 de julio de 1940 senadores y diputados de la Asamblea Nacional otorgan por votación poderes plenipotenciarios a Pétain y acordaron la democracia parlamentaria a él. Y este acto llamado poder neutro y estado de excepción no es un hecho menor, al que siempre tenemos presente en nuestra mirada porque hace al paradigma de cualquier régimen que comienza a obrar con su modelo totalitario.

Entonces, con este acto de cobardía al cual Charles De Gaulle se negó acatar, debido a ello viaja a Londres adhiriendo al pensamiento de Churchill, mientras que los franceses establecen el gobierno de Vichy ofreciendo a Hitler, sin oponer ninguna resistencia, París a sus pies al beneficio absoluto con el control de la administración nazi.  

El gobierno de Vichy se desvivió de tal manera en conformar a sus ocupantes nazis pensando que así acallarían su sed de guerra y el rugir de sus cañones, y que dieron de más, llevando una política delatora al extremo, deportando a judíos franceses a Alemania con tal de complacer al invasor.

¿Qué es lo que vemos? Que en situaciones límites y de cobardía moral es de buena prensa delatar a “sus judíos” que son tenidos en cuenta en su condición religiosa, practicantes o no, y no vistos como ciudadanos de derecho donde a pesar de haber nacido franceses o alemanes pasan a ser parias y apátridas, y dejan de ser acogidos y protegidos en sus nacionalidades de origen.

Vemos entonces como la cobardía moral y la sumisión servicial, amen, de sacarse sus máscaras, hace a los franceses olvidar los valores establecidos en 1789 de libertad, igualdad y fraternidad, donde pareciera que ni aún así nuevamente los judíos no se beneficiarán de dichos atributos.

Es así como en la noche del 16 de julio de 1942 se da la “Grande Rafle”, y la policía francesa detiene en cinco distritos a 13.000 judíos, incluidos 4000 niños a pesar de que los nazis estaban dispuestos a dejarlos en libertad, no obstante, todos ellos fueron transportados al Vélodrome d´Hiver como un signo de lealtad y sumisión cobarde al régimen nazi. Más de un centenar de ellos acabó por suicidarse y el resto sucumbiría más tarde en los campos de concentración alemanes.

En cuando a los ciudadanos franceses no vivían mejor, ni en libertad. El régimen arma su propia policía política ya que en 1943 se crea la Milicie Nationale donde cada uno de sus miembros debía formular el siguiente juramento: “prometo luchar contra la democracia, la insurrección de seguidores de De Gaulle y la lepra judía”.

Los comerciantes colgaban en sus escaparates la foto del Mariscal Pétain como una forma de adhesión y sometimiento al régimen, algunos por temor, otros porque en verdad creían en este tirano.

Las manifestaciones a la devoción al “abuelo de Francia” hicieron que cambiaran los dichos de Liberté, Egalité y Fraternité por el de Travail, Familla y Patrie, que serían los mismos ideales luego importados por el peronismo matando la democracia y la cultura con el sabido lema de “Alpargatas sí, libros no”.

Vemos entonces como en su condición de judía escapando de la razia Alemana a Holanda, otra vez Anne Frank, a dos meses de cumplir sus 15 años, nos da una lección de vida y esperanza en su lugar de hacinamiento. El miércoles 23/2/1944 va a escribir en su diario: “para todo el que tiene miedo, esté solo o se siente desdichado, el mejor remedio es salir al aire libre, algún sitio en donde poder estar totalmente solo, con el cielo, con la naturaleza y con Dios… Mientras todo esto exista, y creo que existirá siempre, sé que toda pena tiene consuelo, en cualquier circunstancia que sea, y estoy convencida de que la naturaleza es capaz de paliar muchas cosas terribles, pese a todo el horror”.

Ella ha sido capaz de darnos un halito de esperanza, de vida, siendo que lleva casi dos años encerrada, palabras que nos deben dar aliento amén de una enseñanza de vida en estos momentos mundiales de encierro debido a la pandemia, que irónicamente esta vez no hizo diferencia de credos, razas ni posiciones económicas. La naturaleza nos está pasando factura a todos casi como una venganza por haberla descuidado y saqueado a mansalva. Y ante esta situación extrema nos invita a revalorar otros tesoros de la vida tales como la salud, el amor, los lazos verdaderos, la familia y la alegría de estar vivos. O en las palabras de Anne Frank: “la riqueza, la fama, todo puede se puede perder, pero la dicha en el corazón a lo sumo puede valerse y siempre, mientras vivas, volverá a hacerte feliz”. Y es una jovencita de casi 15 años quien nos está enseñando a valorar lo importante de la vida, lástima que le fue arrebatada el 12 de marzo de 1945, en Bergen Belsen por efecto de una epidemia de tifus, y con este recuerdo homenajeamos su nombre, Anne nunca te olvidaremos y gracias por tu generosidad.

Y a pesar de la brutalidad del régimen nazi y sus 12 años de dictadura, no obstante, perdieron la guerra otra vez, y sus sueños de eternizarse en una Germania de mil años, quedó destruido, desintegrado, dejando una mancha inolvidable de maldad en la peor página de la historia de la humanidad.

Pero lamentablemente la Maldad nunca muere, siempre esta agazapada, a la espera de nuevos tiranos, pronta a ponerle un rostro, es así como la imagina Albert Camus con esa invasión metafórica de ratas, esa peste “humana” que aunque decimos permanece dormida, espera pacientemente en los rincones hasta que un día vuelve a despertar y las nuevas “ratas” salgan a la luz y se instalen a gobernar y destruir y “las mande a morir en una dichosa ciudad”. Estemos alertas para que una nueva barbarie no nos tome de sorpresa y que la historia nos haya dejado una enseñanza en las antípodas de la creencia y la ingenuidad.

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