La decisión de Ben & Jerry’s de dejar de comercializar sus productos en lo que ellos denominan «territorios palestinos ocupados» sigue dando tela para cortar.
Luego de referirse al tema ayer, el primer ministro Naftalí Bennett habló con Alan Jope, el CEO de Unilever, la empresa madre de Ben & Jerry’s. Según la oficina del PM, Bennett protestó la decisión y la calificó de «anti-israelí».
Bennett le dijo a Jope que tiene «una visión muy seria de la decisión de Ben & Jerry’s de boicotear a Israel», según el comunicado oficial. Y recalcó que estaban dando un «paso claramente antiisraelí».
Finalmente, el PM señalo que existen «implicaciones legales», por lo que Israel «actuará enérgicamente contra cualquier acto de boicot dirigido contra sus ciudadanos».
Ayer, tanto Bennett como su aliado Yair Lapid habían criticado en duros términos la decisión de la empresa con sede en Vermont, EE.UU.. No fueron los únicos: su rival Benjamín Netanyahu también se manifestó contra el boicot.