Los judíos en Emiratos, de bien en mejor

Dubai Foto> Jacqueline Schmid Pixabay

Sara viajaba habitualmente a Emiratos Árabes (EAU) desde 2007 como comerciante de joyería, tenía entre sus clientes a residentes con alta capacidad adquisitiva y, aunque vivía en Francia, contaba con sus propios contactos en el país del Golfo. A pesar de ser judía, nunca tuvo que esconder su identidad.

Los padres de Sara Besnainou nacieron en Túnez antes de irse a Francia y su progenitor fue el jefe del Congreso Judío Europeo.

A diferencia que otros judíos, su contexto personal la ha llevado a expresarse de forma más abierta sobre sus orígenes: «Nunca escondí quien soy, voy a Israel cada dos meses», dice esta madre de dos niños que decidió mudarse a Dubai hace seis años.

QUEDARSE EN EMIRATOS

Ahora vive en la capital económica emiratí con su familia en una casa que mira al inmenso Burj Khalifa y en su azotea celebra cenas de festividades judías y el sabbat.

Cuenta que solía volver a casa para celebrarlas y cuando viajaba regresaba con comida kosher en el equipaje. Lo más difícil para ella era hacer que los niños entendieran su cultura estando lejos de ella, por eso un día dio un paso más.

«Decidí ayudar al rabino a establecer una comunidad judía aquí», explica.

Ahora, con la normalización de las relaciones entre Emiratos Árabes Unidos e Israel, las cosas han empezado a fluir y ella no tiene dudas de que ahora van a estar mejor.

«Nuestra vida era estupenda, pero ahora será aún mejor. Sabíamos que éramos bienvenidos desde hace tiempo», afirma.

EAU e Israel rubricaron el pasado 15 de septiembre la normalización de las relaciones en un paso que ha despertado todo tipo de reacciones y que ha dado a ambos países un nuevo espacio económico, político y de seguridad.

El acuerdo se ha visto rápidamente refrendado en forma de habilitaciones de conexiones telefónicas y bancarias, rondas de negocios, visitas institucionales para colaborar en medicina y seguridad, y hasta un vuelo directo.

También ha significado que las autoridades de Abu Dabi recomienden a los establecimientos hoteleros del emirato que incluyan comida kosher en sus menús, algo insólito en un país árabe.

MÁS DINERO

En la comunidad judía en emiratos están convencidos de que más miembros viajarán a Emiratos, incluso desde Europa, para asentarse en uno de los países árabes más abiertos desde el punto de vista religioso.

«El dinero emiratí es listo», dice Bruce Gurfein, un miembro de la comunidad judía en EAU, al subrayar: «no importa de donde sean (tus socios comerciales), cuando necesiten algo trabajarán contigo».

Gurfein ha estado viajando regularmente al país desde 1997, trabajó para una empresa local e incluso comenzó la suya propia.

Tanto él como Sara ayudaron a hacer más prominente la presencia judía en el país y dieron vida al centro de la comunidad, una institución situada en una casa en el vecindario de Jumeirah de Dubai que desde fuera parece simplemente otra vivienda más.

Dentro se ofician oraciones que se hicieron diarias gracias a la llegada de cuatro rabinos en prácticas procedentes de Estados Unidos.

No quieren apuntarse el mérito del establecimiento de relaciones de los dos países, pero saben que ellos comenzaron el acercamiento real.

«Hemos estado trabajando con el Gobierno durante los últimos 15 años, han buscado nuestro conocimiento y han estado encantados de trabajar con nosotros», dice un hombre con kipá en el interior del centro sin identificarse.

El hombre afirma que trabaja en capacitación en materia de seguridad y que ha llegado recientemente de Egipto, el primer país árabe que reconoció a Israel.

A diferencia de Egipto, las entidades emiratíes están más abiertas a hacer tratos con Israel y eso abre grandes expectativas también para la comunidad, asegura. EFE

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