lun. May 12th, 2025

“Los hijos de Aharón, Nadab y Abihú, cada uno tomo su incensario y pusieron fuego en ellos y colocaron sahumerios sobre ellos; y ofrecieron delante del Eterno un fuego extraño que Él no les había ordenado. Surgió un fuego delante del Eterno y los consumió, y murieron delante del Eterno”.
Levítico. Capítulo 10 versículos 1-2  Sheminí


Fines y medios
En ocasiones no medimos las consecuencias de nuestros actos. El fin o el objetivo podría ser noble o potable a nuestros ojos, pero los medios o el camino no son los adecuados.


Por ejemplo, construir un colegio judío, con dinero que proviene del robo o del lavado, o de donaciones qué se obtienen, creando organizaciones o mafias, que lucran junto a abogados gentiles, mediante la generación de falsas denuncias, en especial en cuestiones de familia. Y esto se torna particularmente grave, si usan de cobertura grupos ortodoxos o jasídicos.


Rabinos de hoy y de ayer.
No cabe duda, que el rabinismo del ayer, aún con sus defectos, y en general desde la pobreza y “la tracción a sangre”, se trataba de gente más combativa y comprometida con los ideales de la Torá.


Hoy por hoy, la comodidad del materialismo, ha generado una generación donde muchos rabinos (no todos) cuidan más su puesto e intereses e ingresos, que en denunciar faltas o fallas graves en el ámbito comunitario.


Espiritualismo y materialidad.
Es difícil de combinar ambos aspectos. Las necesidades del cuerpo, con las necesidades del alma.


Hoy como ayer.
Los hijos de Aharón, quisieron hacer la suya. No atender el consejo de los padres y mayores. E ignorar la guía de aquellos que nos procedieron en el camino de la existencia terrenal, tiene su costo. En ocasiones un costo letal o mortal.


Haber querido ofrendar sin permiso, siendo solteros por elección, o bajo los efectos del alcohol, evidencia esa rebeldía y osadía y arrogancia juvenil (producto de la inexperiencia y el descontrol) que tantas desgracias trae y lo vemos siempre en los relatos y en nuestro presente.


Y adopta diversos ropajes según la época.


Final.
Los fines de los nobles objetivos o metas, y los medios para alcanzarlos, en el judaísmo deben ser adecuados y correspondientes. Es decir, encastrar a la perfección. Aquí en este punto y frente a la flagrante contradicción no existe sitio o lugar para la tolerancia y la contemplación.


El duro atributo del rigor y del juicio cae como una guillotina que a velocidad de la luz decapita a aquellos que, por diversos motivos, cruzan las líneas rojas establecidas claramente desde lo alto.


Y para concluir, puedo traer (por ejemplo, o el ejemplo) un sacrificio de expiación trayendo un animal robado. ¿Tiene sentido, es tolerable o aceptable o válido?


Y en el presente, poner en una lista para una elección que nos representa, poner a una persona que está ligada a una institución o grupo que se dedica a realizar falsas denuncias contra miembros de la kehilá, puede ser presentado para defender los derechos de esa misma kehilá?


¿O es meter al zorro a cuidar el gallinero?


Dr. Natalio Daitch 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.