Los beneficios de la disminución de la cooperación de seguridad con la AP

Emblema de las Fuerzas de Seguridad Nacional Palestina, imagen a través de Wikipedia CC BY-SA 3.0

Una pausa en la cooperación de seguridad entre Israel y la Autoridad Palestina podría ser una bendición disfrazada para las fuerzas de seguridad de Israel. Un entorno cambiado es siempre un llamado a la innovación organizativa y la autosuficiencia, cuya ausencia costó muchas vidas durante los años de Oslo y la guerra de Arafat contra Israel que comenzó en 2000.

Uno de los argumentos en contra de extender la soberanía israelí sobre el Valle del Jordán es que conducirá a una escasa o nula cooperación de seguridad con la Autoridad Palestina [AP]. Abbas ya ha anunciado que esto sucederá. El temor es que una cooperación de seguridad disminuida haría a Israel más vulnerable al terrorismo.

No hay duda de que la cooperación de seguridad con la AP contribuyó a una reducción del terrorismo. Las preguntas son cuánto y si el Shabak [Servicio de Seguidad General] y las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel] pueden compensar la diferencia.

La respuesta a la primera pregunta requiere una comparación del número de israelíes asesinados por el terrorismo palestino antes y después de la estrecha cooperación con la AP.

El año 2007 fue una coyuntura crítica. El desalojo de Abbas de Gaza por parte de Hamás y el surgimiento de una entidad fundamentalista rival condujeron a Abbas y sus compinches de Fatah a que, sin cooperación con Israel, la AP podría enfrentar el mismo destino en la Ribera Occidental [Cisjordania]. En el mejor de los casos, se encontraría librando una guerra civil interminable con la AP/ Fatah por un lado y Hamás y la Yihad Islámica por el otro.

Esta comprensión coincidió con la reconstrucción y el reciclaje de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina, después de su ataque durante la guerra de Arafat contra Israel de 2000 a 2005. El teniente general de EE. UU., Keith Dayton, y sus efectivos comenzaron ese proceso de reciclaje en 2006.

La cuidadosa selección de nuevos reclutas para garantizar que no fueran topos de Hamás, la capacitación profesional de las fuerzas de seguridad y la determinación de Abbas de trabajar con las FDI se combinaron para lograr una cooperación de seguridad estrecha y eficiente entre la Autoridad Palestina e Israel.

La comparación del desempeño israelí contra el terror antes y durante el período de cooperación revela que, si bien la suma es mayor que las partes, la contribución a la reducción por parte de las FDI y el Shabak fue mucho mayor que la de la AP.

La seguridad israelí pudo reducir el terrorismo desde alturas sin precedentes, de más de 450 muertes relacionadas con el terrorismo en 2002, hasta cifras bajas de dos dígitos en 2007, reduciendo a la mitad los costos en vidas cada año durante este período. La toma temporal de las ciudades controladas por la AP y las múltiples incursiones diarias para detener a los terroristas activos y potenciales destruyeron los santuarios de donde emergían los terroristas.

Los terroristas estaban tan acosados que en 2006 los Tanzim suplicaron un acuerdo que les permitiera renunciar a sus armas a cambio de garantías de que sus miembros, salvo aquellos con sangre en sus manos, no fueran perseguidos por Israel.

Incluso con una estrecha cooperación de seguridad que protegía contra un enemigo común fue Israel, no las fuerzas de seguridad de la AP, quienes detuvieron al menos el 75% de los sospechosos de terrorismo. Esta división del trabajo no cambió con los años.

Por supuesto, una dimensión importante de la cooperación es más difícil de cuantificar: el intercambio de inteligencia. Con frecuencia la prensa informó sobre el tráfico de inteligencia bidireccional que contribuyó a la captura de terroristas, el desbaratamiento de actos terroristas y el arresto de terroristas fugitivos después de haber cometido sus actos de violencia. Las fuerzas israelíes en ocasiones tomaron medidas con base en las directivas de la AP, y también ocurrió lo contrario. Los medios de comunicación de Hamás y la Yihad Islámica a menudo anunciaban este intercambio de inteligencia para avergonzar y deslegitimar la Autoridad Palestina a los ojos del público palestino pero, en el proceso, demostraron la eficacia de la cooperación.

Incluso en esta dimensión, la historia contemporánea ofrece una buena lección de que la dependencia indebida de la inteligencia de seguridad externa sin la construcción de capacidades internas puede ser contraproducente, especialmente en Humint (inteligencia humana), que implica la construcción de redes de informantes en territorio enemigo.

El primer ministro, Yitzhak Rabin, justificó el famoso proceso de Oslo con el argumento de que Arafat, sin el obstáculo de la Corte Suprema de Israel y la organización de derechos humanos Betselem, podría lidiar mejor con el terrorismo palestino que las fuerzas de seguridad israelíes, que actúan bajo el escrutinio de ambos.

Por supuesto, estaba trágicamente equivocado. Arafat no solo no logró frenar el terrorismo, sino que lo impulsó a nuevas alturas en su guerra contra Israel, seis años después de que ingresó a Gaza con uniforme de «liberación» y kefiyyeh y llevó a conocidos terroristas a su séquito.

Tan ardiente era Rabin en su creencia de que podía confiar en Arafat que la recopilación de inteligencia de Shabak en áreas controladas por la AP se redujo seriamente. Israel pagó un alto precio por este «retiro de inteligencia”. Se formaron múltiples escuadrones suicidas sin ser detectados, con consecuencias letales. La larga búsqueda de sus organizadores se extendió hasta 2007.

Una pausa en tal cooperación, entonces, indudablemente mantendrá la seguridad israelí en estado de alerta. Shabak llenará los vacíos con su red de inteligencia autogenerada, la cual surgió durante 13 años de estrecha cooperación.

El desafío de enfrentarse a más formas masivas de protesta palestina, que la Autoridad Palestina rara vez previene y, a menudo incita, obligará a las FDI y a la Policía de Fronteras a entrenar de manera más ardiente y creativa.

Mi colega, el general (res.) Gershon Hacohen, a menudo escribe sobre las virtudes de la fricción con el enemigo para mantener las fuerzas de seguridad israelíes fuertes e innovadoras. Se pueden agregar las virtudes de encontrarse con un entorno alterado.

Un buen ejemplo es el mundo de la alta tecnología. Su ingenio se deriva de su capacidad para atraer mentes innovadoras que prosperan al resolver problemas, pero también es perfeccionado por el entorno competitivo y en constante cambio, que hizo que el nombre Nokia fuera alguna vez de vanguardia, y que hoy en día sea Huawei algo familiar.

Muchos de los éxitos de las FDI se basan en lo que se ha probado y comprobado. La paralización en la cooperación de seguridad solo contribuirá a hacer que las organizaciones Shabak y FDI se perfeccionen.

Fuente: BESA Centro Begin-Sadat de Estudios Estreatégicos

Hillel Frisch es profesor de Ciencias Políticas y Medio Oriente en la Universidad Bar-Ilan y asociado de investigación sénior en el Centro BESA.

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