Las sequías pueden triplicarse en Jordania hacia el año 2100

6 septiembre, 2017 ,

El cambio climático implicaría un 30 por ciento menos de lluvias
La guerra siria, que ha llegado a su séptimo año, ha afectado los recursos naturales de Jordania. Los civiles expulsados huyeron de su país de origen en masa, muchos buscando refugio en el país vecino.
En una amarga ironía, una vez que el conflicto bélico termine y Siria recupere su agricultura, Jordania atravesará momentos más críticos, dada que ya lucha por combatir los cambios climáticos y la creciente falta de agua, según un pronóstico para las próximas décadas.
El cambio climático está acelerando la desertificación de Africa del Norte y del Medio Oeste. Entretanto que Houston fue golpeado por su tercera inundación en tres años, esta región esta experimentando lo contrario. Las previsiones para el norte de Israel y para Jordania en la era del calentamiento global incluyen sequías más frecuentes y más largas y caudales de lluvia más bajos.
Deepthi Rajsekhar del Departamento de Recursos Hídricos de California en Sacramento y sus colegas llegaron a conclusiones mediante el modelado de los recursos hídricos superficiales y la demanda de agua para la agricultura hasta el 2100 bajo el espectro habitual de escenarios con cambios climáticos, desde el escenario “optimista” hasta el escenario premonitorio de “todo sigue igual” en cuyo caso el mundo no toma ninguna medida política significativa y los gases del efecto invernadero continúan emitiéndose y acumulando daños al planeta Tierra.
El balance final es aterrador: Comparando el período de referencia a 2070-2100, la previsión es que la temperatura promedio aumente en 4,5 grados Celsius.
Se prevé que la precipitación media en Jordania disminuirá en un tercio y se espera que múltiples acontecimientos de sequías se tripliquen en frecuencia, de 8 en 30 años a aproximadamente 25 en 30 años. Para empeorar las cosas, Jordania está río abajo de Siria en el fluvial del Yarmouk, que amenaza aún más la seguridad hidríca.
En este punto los científicos predicen que el río Jordán tendrá 51% a 75% menos agua del río Yarmouk en comparación con el caudal histórico y esto si Siria sigue en las mismas condiciones. Si la agricultura irrigada se recupera hasta la situación previa a la guerra, el flujo del agua sobre la frontera siria-jordana a través de este río será la mitad.
Luego del factoraje del uso del agua y de la tierra en Siria y Jordania y las sequías producidas por las altas temperaturas, los científicos llegaron a la conclusión que el Jordán enfrentará un enorme problema de agua potable. Los países que esperan mayores sequías y que dependen de otras naciones para obtener agua potable, sufrirán inseguridad hidráulica, concluyen.
Los problemas a los que se enfrenta Jordania son un ejemplo de por qué la comunidad científica se ha vuelto cada vez más insistente al instar a los responsables políticos para que tomen el cambio climático y el calentamiento global en serio y establezcan políticas para reducir las emisiones de carbono rápidamente.
A finales del año pasado, los científicos advirtieron que más del 80% de todos los sistemas ecológicos planetarios han sido afectados por el cambio climático, y a fines del mes pasado, advirtieron que mantener el calentamiento global a “sólo” 1,5 grados Celsius, lo que haría la vida bastante costosa, es simplemente imposible.
Para el año 2100, se espera que la temperatura global aumente un 90 por ciento esto es de 2,0 a 4,9 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, y en este punto, hay únicamente un 5 por ciento de posibilidades de que la temperatura global aumente menos de 2 grados.
Irónicamente, este mes el mundo se enteró que el prohibitivo Desierto Negro de Jordania, así llamado por su arena basáltica y su reputación, tenía ovejas silvestres hace unos 14.500 años.
Antiguamente se creyó que el Desierto Negro era inhóspito para soportar algo más que jerbos y vida nómade ocasional. Los arqueólogos de la Universidad de Copenhague quienes estudiaron los restos arqueológicos en el Desierto Negro, sobre presencia humana y huesos, concluyen que realmente no sabemos acerca de la distribución antigua de las especies.
También tienen una conclusión optimista sobre el hallazgo de la oveja muflón y la supervivencia humana en ese entorno marginal “ilustran cómo seres humanos adaptables estuvieron hace casi 14.500 años en un período de cambio climático”.

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