Por Tamir Hayman
El rechazo de Hamás a la propuesta de alto el fuego de Israel también representa una oportunidad: Hamás ha acordado devolver a todos los rehenes a cambio del fin de la guerra.
Es cierto que detener los combates mientras Hamás permanezca en el poder es problemático.
Sin embargo, el consentimiento de Hamás podría servir como un sólido punto de partida para un mejor acuerdo sobre el fin de la guerra.
Gracias a los logros de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Hamás se ha convertido en el menor problema de seguridad de Israel.
Por lo tanto, en lugar de buscar otra victoria táctica contra Hamás en Gaza, deberíamos aprovechar la situación actual para buscar una solución más amplia, una que, en última instancia, dé como resultado que Gaza sea gobernada bajo un marco civil y de seguridad similar al de Cisjordania; es decir, otra entidad gestionaría los asuntos civiles, mientras que la coordinación de la seguridad permitiría a Israel continuar sus esfuerzos contra el terrorismo palestino (y, a falta de una solución política creíble y responsable, este acuerdo podría persistir durante muchos años).
Los objetivos requeridos en Gaza ahora son:
• El retorno de todos los rehenes
• El establecimiento de una administración civil alternativa en Gaza
• La transferencia de la autoridad sobre la distribución de ayuda humanitaria a fuerzas de seguridad no afiliadas a Hamás
• Un marco plurianual para el desarme de Hamás y la desradicalización de Gaza
• Vincular el fin de la guerra y la retirada de Israel de Gaza a un acuerdo de normalización con Arabia Saudita.
¿Cómo se puede lograr esto?
El camino a seguir comienza con la adopción de la propuesta egipcia, que incluye todos estos componentes como base para las negociaciones.
De esta manera, en lugar de centrarnos únicamente en un tema específico, podemos empezar a avanzar hacia un cambio regional fundamental que mejoraría significativamente el equilibrio estratégico de Israel.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies