La marihuana y su inesperado papel en las elecciones israelíes

Marihuana Foto: Cannabis Tours Wikimedia CC BY-SA 4.0

Las elecciones generales del próximo 9 de abril en Israel tienen un protagonista inesperado: la marihuana. La legalización se ha convertido en un tema presente en una campaña electoral que hasta ahora estaba dominada principalmente por el conflicto, la corrupción y la economía.

Cuando a finales de diciembre, tras la renuncia del entonces ministro de Defensa Avigdor Liberman, se anunció que los israelíes acudirían a los comicios este mes, la lógica indicaba una campaña basada casi únicamente en corrupción (con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, a esperas de ser imputado por la Fiscalía en tres casos de corrupción) y, como siempre, la seguridad.

Aunque esos temas siguen dictando el rumbo de la campaña, desde hace algunas semanas un asunto distinto e inesperado ha adquirido relevancia: la legalización de la marihuana para consumo de ocio ha logrado hacerse un hueco entre los temas importantes que podrían influir de forma significativa en el voto.

No sólo se ha colado en el debate público y mediático sino que muchos candidatos se han visto ante la necesidad bien de expresarse sobre esta cuestión e incluso de sumar la legalización en el último momento a su plataforma electoral.

Si su relevancia en la campaña resultaba sorprendente, más extraño aún es quien tal vez sea el principal responsable de que se haya generado tal debate. Su nombre es Moshe Feiglin, lleva la legalización como bandera de campaña y es el líder del partido derechista Zehut.

Tras un comienzo poco auspicioso, Zehut comenzó a escalar posiciones y hoy, según las encuestas, cuenta con los votos necesarios para entrar en la próxima Knéset (Parlamento israelí), con al menos cuatro escaños.

En una entrevista, Feiglin, que se autodefine como libertario, explicó que el éxito que tuvo la propuesta de legalización en su campaña se debe a que «los israelíes se quieren sacar al Estado de sus venas y el cannabis es sólo la punta del iceberg».

El asombroso ascenso de Zehut ha llevado a distintos candidatos a expresarse públicamente sobre el consumo de cannabis, intentando atraer a aquellos votantes que priorizan su legalización sobre otros temas.

Tanto el partido Laborista, como el centrista Gesher y el comunista Hadash, cuya lista está principalmente compuesta por candidatos árabes, se han sumado al izquierdista Meretz y se han apresurado a pronunciarse en favor de la legalización.

La declaración más sorprendente, sin embargo, fue la de Benjamín Netanyahu, primer ministro y líder del Likud que, aunque no expresó su postura al respecto con claridad, no quiso tampoco quedarse fuera. Consultado por su opinión, dijo estar analizándolo y aseguró que permitir el consumo legal «es una posibilidad».

Zehut podría ayudar al Likud a formar gobierno, pero ya ha advertido que no será parte de un Ejecutivo que no apoye la legalización. Frente a él, otro partido de ultraderecha y potencial aliado de Netanyahu, Fuerza Judía (Otzmá Yehudit), ha prometido lo contrario, que no participará en una coalición pro-legalización.

Esto puede complicar las negociaciones para la formación de gobierno en un país con un Parlamento muy atomizado de 120 diputados donde el partido mayoritario no suele superar los 35.

Zehut, sin embargo, no es el primer partido en utilizar la legalización como bandera de campaña. El partido Hoja Verde (Alei Yarok) ha participado en todas las elecciones desde su creación en 1999, siempre con la legalización como su principal propuesta.

Tras no haber llegado nunca al mínimo necesario de votos para acceder al Parlamento, Hoja Verde decidió no presentarse a las próximas elecciones.

Su líder, Oren Leibowitz, explicó que el auge del tema en esta ocasión es parte de un plan de su partido: «Nuestra estrategia fue, en lugar de presentarnos, dejar que los otros partidos se disputen nuestros votantes y así sucedió. Apenas lo anunciamos, varios candidatos se expresaron a favor de la legalización».

Consultado sobre si cree que se trata de promesas vacías de campaña, respondió: «Si no fuera época de elecciones, es probable que la mayoría no se hubiese pronunciado al respecto, pero ahora que lo hicieron, no podrán votar en contra en una futura votación porque aquí la gente no se olvida de esas cosas».

En Israel, el uso del cannabis con fines medicinales fue aprobado en 1999, con los años el acceso se fue facilitando y este año se autorizó la exportación de marihuana medicinal.

En estos momentos el uso recreativo está penalizado con multas de alrededor de 250 y 500 euros para las primeras dos infracciones y posible trabajo comunitario para una tercera, pero sin generar antecedentes penales.

Israel es uno de los países con mayores índices de consumo de marihuana, según diversos estudios, un 50 de la población declara haber fumado al menos una vez y más de un 70 se pronuncia a favor de su legalización. EFE

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