A poco de cumplir 100 años, Felipe de Edimburgo falleció luego de una enfermedad de larga data. Consorte de la Reina Isabel II, fue una figura central en la realeza británica durante el siglo XX.
Nacido en Corfú, Grecia, su madre fue Alicia de Battenberg, quien fuera princesa de Grecia y Dinamarca. Durante la Segunda Guerra Mundial, la madre de Felipe ocultó judíos en Atenas, salvándolos de la barbarie nazi. Por este heroico acto, Yad Vashem reconoce a Alicia como una de los justos entre las naciones.
En 1994, Felipe visitó Israel para la ceremonia de reconocimiento a su madre por parte de Yad Vashem, que está enterrada en el Convento de las Magdalenas en Jerusalén.
«Sospecho que nunca se le ocurrió que su acción fuera de algún modo especial. Era una persona con una profunda fe religiosa y lo habría considerado una reacción natural humana hacia el prójimo en un momento de aflicción», dijo Felipe en su momento respecto a la valentía de su madre.