Paramédicos y rescatistas en el Monte Merón instantes después de la tragedia - - Foto: REUTERS/Ishay Yerushalmi/Behadrei Haredim

El artículo anterior con este nombre se publicó el 29 de abril días antes de la tragedia ocurrida en el Monte de Merón en el cual 45 personas mayores y niños perecieron en el desastre, que ocasionó de todo “Sangre sudor y lágrimas” entre familiares amigos y gran parte del pueblo.  Pero aparte del dolor causado a tantas familias nos cuesta trabajo entender y aceptar la expresión usada entre la gente religiosa fanática, “Dios dio Dios se lo llevó”. Ahora que se termina la Shivá, y después de la tragedia la vida sigue normal, lo malo es que no hay responsables, no hay quien diga “mea culpa” no hay quien diga yo instruí que permitieran la entrada de la gente que pudiese llegar.

Ahora llegó al momento de analizar y tomar decisiones de le evidencia empírica de los que se consideran expertos en este caso, ya que si estamos enfermos vamos a un médico y no a un brujo, ¿expertos darán un veredicto imparcial?

Pero veamos otra situación la gente que llega a ese lugar tiene dos motivos principales, pedir algún deseo al gran rabino Bar Yojai o simplemente es un día para alegrarse.

Yo me pregunto, para mi dos son los hombres más sagrados y más importantes en la religión, Moisés y Aaron, nunca se supo el lugar de su entierro para que no existiera culto a los muertos, que pasó en los últimos 100 años que se desarrolló el culto a los muertos que creo no está en la religión.

Con “sudor y lágrimas” Netanyahu no pudo formar gobierno por lo tanto regresa el mandato al presidente. Para él empieza una época de sudor de mucho sudor, no en esta ocasión no habrá “sangre”, pero probablemente si habrá muchas “lágrimas” aunque sean como se dice en español “lágrimas de cocodrilo” va a sufrir un “sudor” y unas “lagrimas” tratando de meter el pie a Lapid.

Regresemos a los sucesos ocurridos a las 11.55 del 4 de mayo, a nuestro primer ministro Benjamín Netanyahu le empieza un sudor frío que pasa por todo el cuerpo, son cinco minutos en los que se acaban todas las esperanzas, ya que al llegar a las doce tiene que avisar al presidente Rivlin, que no pudo formar gobierno, para esa hora por la cara de Sara su esposa le corren unas lágrimas por sus mejillas, piensa que pronto dejará de ser la esposa del primer ministro de Israel.

A la misma hora la 12 de la noche en Ramat Aviv y en Rannana se saca el vino y las copas para brindar por un futuro incierto, por el aire vuelan sueños de grandeza.

Ahora va empezar la nueva función, pero no es nada fácil juntar al elenco, ya que todos quieren estar al frente, todos se sienten héroes.

Pero al final del juego está por verse a quien le queda bien el traje, y si a alguien le queda “como anillo al dedo”

Pero tiene que tomar en cuenta que en el camino se buscan a algún partido religioso que les va a contestar “cuando no sepas la respuesta habla con Dios, él tiene respuestas para todo” Pero en ocasiones no las quiere dar.

Pero sin darse cuenta que a la vuelta de la esquina puede estar un príncipe el tercero en la lista, Gideon Saar, muy, muy silencioso pero que también está en el juego.

Tratamos de analizar la realidad, pero no estamos en el lugar que podamos tomar decisiones.

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