Jerusalén, el sur y los asentamientos, clave para el triunfo de Netanyahu

Foto: Berthold Werner Wikipedia Dominio Público

El triunfo de Benjamín Netanyahu en las elecciones israelíes se explica no sólo a partir de su fina lectura de la sociedad e inagotable habilidad política, sino también por la gran cantidad de votos que obtuvo en ciudades clave del país.

La distribución geográfica de los votos, cuya suma ha puesto al actual primer ministro y líder del Likud en camino hacia un quinto mandato, revela tendencias interesantes.

La ciudad más importante para la victoria del Likud parece haber sido Jerusalén donde, aunque sólo obtuvo alrededor de un cuarto de los votos, sacó una diferencia del 15 % a su principal rival, el ex jefe del Estado Mayor Benny Gantz, que quedó cuarto, detrás también de los partidos ultraortodoxos Judaísmo Unido por la Torá y Shas, ambos aliados naturales de Netanyahu.

Una ciudad que sorprendió por el aplastante triunfo del Likud fue Sderot, conocida por ser víctima del lanzamiento de cohetes desde la Franja de Gaza y cuyos residentes acamparon en las calles de Tel Aviv días antes de las elecciones para reclamar por su seguridad.

Allí el partido de Bibi, que ha empezado ya negociaciones para armar su nueva coalición de gobierno, obtuvo el 43 % de los votos, seguido no por Gantz sino por el derechista Israel Beitenu (Israel Nuestro Hogar), liderado por el ex ministro de Defensa Avigdor Lieberman.

Otra ciudad clave para Netanyahu en el sur fue Beer Sheva, la más grande de esa región del país en tamaño y cantidad de habitantes. El resultado mostró una enorme diferencia entre los dos principales partidos, con cerca de un 43 % para el Likud y tan sólo un 17 % para Gantz.

Estas cifras en las ciudades del sur, donde decenas de localidades lindan con la Franja de Gaza, muestran una fuerte preocupación de los ciudadanos de la zona en cuestiones de seguridad, tras una nueva serie de escaladas de violencia e intercambios de fuego en las últimas semanas.

Los asentamientos judíos en Judea y Samaria (Cisjordania), aunque que no tienen un gran peso en la elección debido a su cantidad limitada de habitantes, colaboraron con el triunfo de Netanyahu otorgándole cifras particularmente elevadas en algunos lugares específicos.

En el asentamiento de Maale Adumim, uno de los más grandes y con una población mezclada entre judíos ultraortodoxos y seculares, el Likud obtuvo el 50 % de los votos, más del doble de lo que había obtenido en las elecciones del 2015.

Ariel, otro de los asentamientos importantes, también dio su apoyo a Netanyahu, con un 44 %. Ambos asentamientos le otorgaron más de un 30 % de votos que a Gantz.

Este fenómeno tal vez pueda explicarse en relación a la declaración del actual primer ministro la semana pasada cuando dijo que, si era reelegido, comenzaría extendería la soberanía israelí -de facto anexionar- partes de Judea y Samaria (Cisjordania).

Estas son sólo algunos de los lugares que, mediante cifras elevadas de apoyo, permitieron a Netanyahu compensar derrotas como las que sufrió en ciudades como Tel Aviv-Yafo, donde Gantz se hizo con el 46 % de los votos, frente a un 19 % del Likud.

Azul y Blanco también ganó en Haifa, la tercera ciudad más grande del país, con una importante población árabe y cuyo 33 % votó a esa formación centrista, frente a un 24 % que apoyó al Likud y un 7 % que votó a Israel Nuestro Hogar, del ex ministro de Defensa Avgidor Lieberman.

Nazaret, la ciudad árabe más grande del país, tuvo un 53 % de votos para la lista árabe-comunista Hadash-Taal, otro 30 % para el otro partido árabe Ram-Balad, un 7 % para la lista izquierdista pacifista Meretz y un 4 % para Azul y Blanco. EFE y Aurora

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