Bandera israelí en el Mediterráneo, imagen a través de Needpix

El anuncio de la apertura de negociaciones entre Líbano e Israel sobre los yacimientos de gas en disputa cerca de las aguas territoriales de los dos países sorprendió a muchos, aunque esta no será la primera vez que se celebren conversaciones entre ambos.

Tras el asesinato del presidente del Líbano, Bashir Jumail [Gemayel], en septiembre de 1982, fue reemplazado por su hermano Amin. En ese momento, Israel estaba sumido en el pantano libanés y el pueblo libanés se encontraba en medio de una sangrienta guerra civil. Jumail sintió que debía llegar a un acuerdo con Israel que condujera a su retirada del Líbano, y el 28 de diciembre comenzaron las negociaciones entre los dos países, mediadas por Estados Unidos.

Las opiniones estaban divididas sobre muchos temas al principio: el Líbano insistió en que las negociaciones fueran de naturaleza militar y llevadas a cabo por oficiales militares (como es el caso en las actuales negociaciones), mientras que Israel solicitó que se llevaran a cabo en Jerusalén en presencia de los dos ministros de Exteriores. El Líbano quería que el futuro acuerdo se basara en el acuerdo de alto el fuego de 1949, mientras que Israel exigía la cancelación de ese acuerdo y el establecimiento de relaciones diplomáticas bilaterales, en otras palabras, un acuerdo de paz similar al firmado con Egipto en 1979.

La administración estadounidense envió a dos emisarios para monitorear y ayudar en las negociaciones: el mediador Philip Habib y su asistente Morris Draper. La delegación libanesa, encabezada por el embajador Antoine Fattal, experto de renombre mundial en derecho internacional, incluyó al juez Antoine Baroud; al embajador Ibrahim Kharma; al general Abbas Hamdan; al teniente coronel Said Kakur y al teniente general Manir Rahim. La delegación israelí, encabezada por el director general de Ministerio de Exteriores, David Kimchi, incluyó a Elyakim Rubinstein; al embajador Shmuel Divon; al  general Avraham Tamir y a otros comandantes del ejército. Draper encabezó la delegación estadounidense.

Los principales temas de las negociaciones fueron: el fin del estado de guerra entre los países, el establecimiento de acuerdos de seguridad y la regulación de las relaciones bilaterales y garantías mutuas. El 17 de mayo de 1983, después de unos cinco meses de difíciles y complejas discusiones, los representantes de las tres partes se reunieron para firmar un acuerdo que supuestamente crearía una apariencia de normalización entre los dos países y conduciría en tres meses a la retirada de Israel del Líbano. Los términos fueron aprobados tanto por el Líbano como por la Knesset [Parlamento israelí] , por una amplia mayoría.

El acuerdo representó un delicado equilibrio entre las aspiraciones y limitaciones de Israel y el Líbano que permitiría un cambio fundamental en sus relaciones: el fin del estado de guerra entre ellos. Sin embargo, las relaciones bilaterales no se definieron oficialmente como «paz». Tampoco se incluyó la palabra «reconocimiento» en el acuerdo. El acuerdo incluyó los siguientes elementos: un compromiso mutuo de respetar la soberanía, la independencia y las fronteras; una declaración conjunta del fin del estado de guerra; un compromiso con la prohibición y prevención del terrorismo y la incitación; y una serie de arreglos para normalizar las relaciones civiles, culturales y económicas entre los países.

El acuerdo también estableció arreglos de seguridad en el área al sur del río Awali, que se definió como una «zona de seguridad», y se acordó que se establecería un esfuerzo especial de contraterrorismo consistente en dos brigadas del ejército libanés: una «brigada territorial» operando desde la frontera internacional hasta el río Zahrani (incluidas las fuerzas del Ejército del Sur del Líbano respaldado por Israel) y una brigada regular desde el Zahrani hasta el río Litani. Estos arreglos de seguridad fueron diseñados para permitir que las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel]  se retiraran del Líbano al mismo tiempo que otras fuerzas extranjeras partían, como el Ejército de Siria y las fuerzas de la OLP [Organización para la Liberación Palestina].

Se suponía que el Líbano sería el segundo país en firmar un acuerdo de paz con Israel, pero la oposición de las facciones pro-sirias en el Líbano y la feroz oposición de Damasco, que controlaba la mayor parte del país y no escamoteaba las amenazas directas a la vida del presidente, empujó a la administración de Jumail a cancelar el acuerdo y cesar todo contacto con Israel.

Fuente: BESA Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos

El Dr. Edy Cohen (Ph.D. Bar-Ilan University) habla árabe con fluidez y se especializa en las relaciones interárabes, el conflicto árabe-israelí, el terrorismo y las comunidades judías en el mundo árabe. Es investigador del Centro BESA y autor del libro El Holocausto a los ojos de Mahmoud Abbas (hebreo).

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