Israel endurece aún más el confinamiento con la pandemia fuera de control

25 septiembre, 2020 , ,
Foto: Magen David Adom vía Facebook

Una semana después de que Israel impusiera un segundo confinamiento nacional que no ha evitado nuevos máximos de infecciones de coronavirus, el país reduce desde hoy su actividad económica al mínimo y endurece aún más las restricciones de movimiento para la población.

A las 14.00 (11.00 GMT) entró en vigor el severo cierre sin que el Parlamento aprobara las regulaciones para los polémicos puntos que incluye y que, a diferencia del anterior, restringe los rezos y las manifestaciones, cuando aumentan las protestas contra el primer ministro, Benjamín Netanyahu.

Lo seguro es que el cierre prohibirá el desplazamiento a más un kilómetro del domicilio, salvo excepciones justificadas, paralizará toda actividad económica que no sea esencial y limitará el tráfico aéreo con una clausura parcial del aeropuerto de Ben Gurión.

REZOS Y MANIFESTACIONES

El plan aprobado por el Gobierno contemplaba cerrar las sinagogas y restringir las manifestaciones a 20 personas, con distancia social y a un kilómetro del domicilio.

Sin embargo, la regulación se estancó en la tramitación parlamentaria por desacuerdos y Netanyahu propuso aplicar una ley de emergencia para prohibir estas congregaciones lo que desató una tensa discusión política durante toda la mañana.

«La decisión de un cierre estricto fue diseñada para detener la propagación del virus, no para bloquear las protestas o la oración comunitaria», recriminó el centrista Benny Gantz a su socio de gobierno de Netanyahu, que afronta una pérdida de popularidad por su juicio por corrupción y la gestión de la pandemia.

De esta manera, hasta que el Parlamento regule la próxima semana estos polémicos artículos del cierre, las protestas de mañana sábado, las más multitudinarias de la semana que piden la dimisión de Netayahu, podrán seguir celebrándose acorde a las nuevas instrucciones de reunión en espacios públicos.

En cuanto a los rezos, la propuesta obliga al cierre de las sinagogas, hasta ahora abiertas, aunque permitirá la apertura con aforo limitado durante la jornada de Yom Kipur, Día del Perdón, la festividad más sagrada del judaísmo que comienza el próximo domingo al atardecer.

Los puestos de control con el territorio de Judea y Samaria (Cisjordania) restringirán también el tránsito durante las semanas de confinamiento y especialmente los días de festividades judías.

ECONOMÍA AL MÍNIMO

El mayor endurecimiento con respecto al cierre que comenzó el pasado viernes será la reducción de la actividad económica al mínimo, por lo que desde hoy solo operan los servicios esenciales incluidos alimentación, servicios sociales, bancos, sector agrícola, así como empresas de energía, alta tecnología e infraestructuras.

Los mercados al aire libre que hasta ahora permanecían abiertos tuvieron que cerrar además de las peluquerías y los restaurantes solo pueden servir comida a domicilio.

La decisión del cierre ha estado precedida por un intenso debate sobre el impacto que tendrá para el crecimiento económico, ya que el anterior de marzo generó un 25 % de desocupación (paro), y hasta el coordinador nacional de la pandemia, Roni Gamzu, rechazó la severidad y propuso limitar la actividad hasta un 50 %.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dijo esta semana que prevé que Israel termine el año con una caída del producto interior bruto (PIB) del 6 %, una tasa de desocupación (paro) del 6,1 % (casi el doble que en febrero) y una balanza fiscal negativa del 13,8 %. Datos que se agravarían con un cierre como el actual.

LA PEOR SEMANA DE LA PANDEMIA

La segunda ola de coronavirus en Israel comenzó a principios de verano pero el Gobierno israelí apostó por restricciones parciales para evitar el cierre hasta que las cifras superaron los 5.000 casos diarios y el pasado viernes impuso un confinamiento con una larga lista de excepciones.

Durante esta semana, el país ha vuelto a registrar las cifras más altas desde que comenzara la pandemia y hoy el Ministerio de Salud informó de un nuevo récord, 7.527, pese al cierre. Además, las muertes han aumentado y ayer se contabilizaron 59 fallecimientos en 24 horas.

El endurecimiento de las medidas pretende contener esta agresiva segunda ola, aunque los informes apuntan a que se necesitarán dos meses para estabilizar la curva de contagios.

Israel consiguió gestionar con éxito la primera ola de coronavirus, también con un severo cierre, pero la rápida desescalada y la indecisión en la toma de decisiones ha llevado al país a un nuevo y severo confinamiento en principio de dos semanas, que podría extenderse. EFE

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