Israel comienza el Año Nuevo judío entre las restricciones del confinamiento

Foto: Policía de Israel vía Facebook

El pueblo de Israel comenzó a celebrar este atardecer el año nuevo judío, Rosh Hashaná, una de las festividades religiosas más importantes, limitado esta vez por un nuevo cierre para frenar la COVID-19 que entró en vigor horas antes.

El inicio de esta celebración se conmemora con una cena festiva en casi todos los hogares y extensas reuniones de familia, pero este año tendrá un tono menor por las restricciones del confinamiento: la población no puede desplazarse más allá de un kilómetro de su casa, y se prohíbe visitar a otras personas en sus domicilios.

Esto impide los tradicionales encuentros entre parientes, y conlleva que los israelíes deban celebrar el Rosh Hashaná -que se prolonga hasta el atardecer del domingo- con sus familias nucleares.

Ante esta situación, muchas familias cenaron juntas ayer por la noche, y otras se encontraron esta mañana, a pocas horas de que empezara un cierre que mantendrá a la población confinada por lo menos durante tres semanas.

Otro elemento propio de esta festividad que se verá limitado por el confinamiento son las tradicionales plegarias multitudinarias: tras días de discusión y presión incluida de los sectores judíos ultraortodoxos, se permite rezar en las sinagogas, pero con aforo limitado, estrictas separaciones entre fieles y normas higiénicas.

Al año nuevo le seguirán dos otras festividades judías de gran relevancia: Yom Kipur (Día del Perdón) y Sucot (los Tabernáculos).

Ambas coincidirán con el confinamiento -vigente por lo menos hasta el 11 de octubre- y se deberán celebrar también entre restricciones.

Las autoridades aprovecharon estas fechas para aplicar el cierre y evitar así un mayor pico de contagios por las numerosas reuniones que se dan en estas fiestas. Sin embargo, esta medida se ve con malos ojos por la mayoría de población -tanto religiosa como secular- y la gente se ha confinado a regañadientes.

Israel -con nueve millones de habitantes- sigue inmerso desde hace meses en una segunda ola de coronavirus que no da tregua, y registra una de las tasas de morbilidad más altas del mundo.

Esta semana batió más récords y llegó a superar los 5.500 positivos diarios, un imparable aumento de contagios que ha hecho que el Gobierno adoptara el confinamiento como último recurso. EFE y Aurora

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