Como era de esperarse, el presidente de Israel, Reuven Rivlin le ha encargado al primer ministro, Benjamín Netanyahu, formar gobierno, luego de que su partido, el Likud, fuera el más votado, con 30 escaños. Esta cifra se elevó a 52 con el apoyo de sus aliados de la derecha sionista. Sin embargo, no es suficiente.
Netanyahu necesita obtener 61 bancadas de las 120 de la Kneset (el Parlamento israelí) para iniciar su quinto mandato. Y tiene cuatro semanas para conseguirlo.
Si bien es cierto de que Rivlin, de acuerdo con la ley, le ha encargado al primer ministro la responsabilidad de formar gobierno, duda que lo consiga, tras la situación procesal que mantiene Netanyahu con la justicia, por casos de soborno y corrupción.
En medio de este panorama, el líder del partido nacionalista Yamina (Derecha), Naftalí Bennett, con siete escaños, le dio el sí a Netanyahu, es decir, “el Likud puede contar con los votos de Yamina”. Así lo ha expresado Bennett, tras darle su apoyo al mandatario.
Finalmente, luego de tomarse su tiempo, Yamina se alineó con la derecha, lo cual no asombra. Sin embargo, aún con el apoyo de Bennett, el Likud suma 59 escaños, lo que significa que no es suficiente para formar gobierno.
Netanyahu aún tiene tiempo para buscar los dos escaños que le hacen falta. Pero lo que no tiene es la aceptación de sus aliados de la derecha para contar con las bancadas del partido árabe Ra’am.
Si el mandatario la tiene difícil, el centrista Yair Lapid, de Yesh Atid (Hay Futuro), con 17 escaños, se encuentra más lejos aún de poder llegar a formar gobierno –en caso de que el primer ministro no pudiera–, ya que no ha logrado establecer alianzas con el bloque anti Netanyahu.
Bennett, al final, no aceptó la oferta de Lapid de turnarse el cargo de primer ministro.
¿Podrá Netanyahu formar gobierno?
Todo puede suceder, a última hora, en el panorama político de Israel, donde tampoco se descarga unas quintas elecciones.