Ricardo Sánchez Serra
Un nuevo informe de la Foundation for Defense of Democracies (FDD), publicado el 17 de abril, ha vuelto a centrar la atención mundial en la creciente implicación de Irán en el norte de África, al destacar un fenómeno que suscita una preocupación cada vez mayor en la comunidad internacional, a saber la instrumentalización e internacionalización del diferendo sobre el Sáhara por parte de actores estatales y no estatales, en particular Irán y sus aliados.
Según este análisis detallado, el régimen iraní utiliza al Frente Polisario -movimiento separatista con base en los campamentos de Tinduf, en Argelia- como una extensión estratégica de su influencia militar en la región, valiéndose del respaldo operativo de Hezbollah y de una red diplomática activa encabezada por su Embajada en Argel.
Asimismo, y de acuerdo con el informe de la Foundation for Defense of Democracies (FDD), Irán ha facilitado la entrega de armamento avanzado al Polisario, incluidos misiles tierra-aire de tipo SAM-9, SAM-11 y Strela, canalizados con la cooperación directa de Hezbollah, organización que desde hace décadas sirve como brazo armado regional de Teherán. La embajada iraní en Argel, según el documento, actúa como centro logístico y de coordinación para estas operaciones.
Todo apunta a que, lejos de ser un incidente aislado, estas acciones se insertan en una estrategia más amplia de expansión persa fuera de su vecindario inmediato. Tras sus operaciones en Siria, el Líbano, Yemen y el Cuerno de África, Teherán apunta ahora al Magreb y la región mediterránea, aprovechando el artificial conflicto en el Sáhara Occidental para desestabilizar a Marruecos, actor central en la arquitectura de seguridad del norte de África y aliado clave de Occidente.
Cabe subrayar que estas revelaciones refuerzan las advertencias, ya formuladas por Marruecos desde 2018, cuando el Reino rompió relaciones diplomáticas con Irán por el envío de armas al Polisario a través de Hezbollah. En 2022, nuevas evidencias salieron a la luz, incluyendo imágenes satelitales y declaraciones oficiales, que confirman la posesión de drones iraníes por parte del grupo separatista. De igual manera, en enero de 2025, circularon en redes sociales videos que muestran ataques con drones contra posiciones marroquíes.
Dicho informe recuerda igualmente el ataque perpetrado en noviembre de 2024 contra la localidad de Mahbès, en pleno acto conmemorativo de la Marcha Verde. Los cohetes, lanzados desde territorio argelino según medios marroquíes, ilustran la escalada armada del Polisario y su creciente dependencia del apoyo extranjero.
Es importante relievar que uno de los elementos más preocupantes del informe es la afirmación de los lazos entre el separatismo armado del Polisario y el terrorismo yihadista. La prueba de ello es el caso emblemático del llamado Adnan Abou Walid al-Sahraoui, ex alto dirigente del Polisario que se convirtió en emir del Estado Islámico en el Sahel antes de ser abatido por las fuerzas francesas en Malí en 2021. Su trayectoria muestra cómo los campamentos de Tinduf han evolucionado hacia centros de radicalización y reclutamiento de combatientes para redes como Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y el propio Estado Islámico.
Además del riesgo geopolítico, el informe en cuestión denuncia graves violaciones de derechos humanos, especialmente la utilización de menores en las filas del Polisario. En este marco, una ONG con sede en Ginebra alertó recientemente al Consejo de Derechos Humanos de la ONU de que cientos de niños en los campamentos son apartados de sus estudios y forzados a recibir formación militar. El informe acusa al movimiento de practicar una explotación sistemática de menores con fines políticos y militares desde los años 70.
Así, y ante la gravedad de los hechos expuestos, la FDD insta a la administración del Presidente Trump a adoptar dos medidas urgentes que consisten en la apertura rápida de una representación consular en Dajla, como señal de apoyo claro a la soberanía de Marruecos sobre el Sahara; y la consideración de la designación del Polisario como organización terrorista extranjera, subrayando sus ataques contra civiles y fuerzas de seguridad marroquíes, así como sus vínculos con redes yihadistas que amenazan los intereses estadounidenses y la estabilidad regional.
En definitiva, la implicación del Polisario en redes de tráfico de armas, terrorismo y explotación infantil constituye no solo una amenaza directa para Marruecos, sino también un factor desestabilizador para el conjunto del Magreb y los intereses estratégicos de Occidente en el Mediterráneo y el Sahel. En este contexto, la respuesta de Estados Unidos y de sus aliados resulta decisiva para frenar esta nueva ofensiva geopolítica de Irán y de sus títeres en la región.
Un informe un tanto sorprendente para lo que está acostumbrado un español a través de los medios españoles. Todos los españoles, y este es un pintoresco caso en el que no existe distinción de ideología, tienen una muy buena imagen del denominado pueblo saharaui, la ex-colonia española que le fue arrebatada a España justo a la muerte de Franco, aprovechada por Marruecos con la famosa Marcha Verde, que la España aun muy fascista y repleta de militares fascistas no respondió militarmente, se cree que por no causar una masacre o por estar España en una etapa demasiado convulsa como para involucrarse en una guerra, aunque seguramente no faltan los de las conspiraciones judeomasónicas, con la Cia y el ex-Rey Juan Carlos I pactando la entrega del Sahara a su amigo el rey de Marruecos Hassan II, un fiel aliado de Estados Unidos.
El Frente Polisario es una organización muy vinculada con España, aun siendo un grupo armado de ideología comunista, quizás similar al Fatah de Arafat, o Irán y sus grupos terroristas satélite chiitas serían algo más comunistas entre las ideologías extremistas musulmanas, y es frecuente que niños saharauis pasen varias semanas en España acogidos por voluntarios comunistas, o que estos viajen al Sahara, aunque el resto de ideologías también andan por ahí, incluso los fascistas españoles. Se da la pintoresca circunstancia de que el conflicto del Sahara une a la derecha, a socialistas, comunistas, separatistas y hasta a fascistas españoles, sería como el antisemitismo solo que sin tanto disparate conspiranoico y sin tener que acudir a la religión ni al ocultismo que igual algunos españoles no alcanzan a entender.
Pero recientemente han sido los socialistas, en la actual coalición de gobierno con los comunistas, los que han redefinido la postura oficial de España, prefiriendo romper los vínculos oficiales entre España y el Frente Polisario, o apoyar la postura de Marruecos, con fuertes críticas de los dirigentes del Frente Polisario y en España de los partidos de la oposición. Normalmente el pensamiento general de los españoles, aunque haya mucha variedad o según convenga, es que en este conflicto Marruecos es el malo o el opresor, un régimen muy poco democrático, y al menos para los comunistas españoles es similar al caso de Arabia Saudí. Si bien, las relaciones de los españoles, y las oficiales de España como estado, con Marruecos en general son bastante normales o hasta amistosas, con muchas empresas españolas establecidas en Marruecos. Incluyendo también a militares como los legionarios, los más fascistas y los principales criminales durante la Guerra Civil o anteriormente también durante las guerras de Marruecos, maltratando y asesinando incluso a los civiles rifeños con bombas químicas, pero no hay que olvidar que durante la Guerra Civil los moros formaron parte del bando fascista, tanto los moros leales al rey de Marruecos como los rebeldes rifeños, a estos últimos los convencieron con promesas de dinero y con ir a una guerra santa contra los infieles “rojos”. Los moros eran enviados los primeros por los fascistas españoles como carne de cañón, se distinguieron por su crueldad, con saqueos, violaciones, amputaciones, etc. Tras finalizar la Guerra Civil, los moros de Marruecos formaron la famosa Guardia Mora, un grupo de guardaespaldas de Franco que desfilaban junto al dictadorzuelo con gran fanfarria, hasta que Franco se deshizo de todos ellos, fue disuelta en 1956 tras la independencia de Marruecos.
Además de todo lo anterior, no hay que olvidar que los inmigrantes marroquíes en España son 1.100.000, por nacionalidades forman el mayor porcentaje, y los marroquíes son la inmensa mayoría de los inmigrantes musulmanes. A pesar de ser el principal blanco del racismo de los fascistas españoles o de una gran parte de españoles, o del racismo que los fascistas contagian a una gran parte de los españoles, y a pesar de que los marroquíes están discriminados o suelen vivir en barrios marginales, sin embargo, en España apenas se dan los graves problemas de otros países europeos con los musulmanes, especialmente con marroquíes, como los guetos marginales y nidos de delincuencia en Francia, o las extremadamente violentas mafias de los países Bajos dedicadas al narcotráfico de cocaína. Según se dice en España, los marroquíes son muy fieles a Marruecos o a su rey, aunque sea a base de palos.