Las autoridades iraníes cambiaron dramáticamente su versión sobre la emboscada que resultó con la muerte del científico nuclear Mohsen Fakhrizadeh, considerado por agencias de inteligencia occidentales como el responsable del proyecto atómico militar iraní Amad, el viernes pasado, a 60 kilómetros de Teherán.
Mientras que en una narrativa inicial se hablaba de doce atacantes que se desplazaron en varios vehículos y que se valieron de la explosión de un camión cargado con explosivos para sorprender y detener el convoy en el que se desplazaba Fakhrizadeh; en la segunda versión se menciona una operación que dura un total de tres minutos perpetrada básicamente por una ametralladora operada por control remoto vía satélite y montada sobre una camioneta de tipo Nissan que explota para autodestruirse una vez cumplida la misión.
Los restos del arma empleada muestran que fue hecho en Israel, le dijo una fuente de seguridad al canal estatal iraní Press TV, según la cita de la agencia de noticias semioficial Fars.
“La fuente reveló que arma recolectada en el sitio tiene el logotipo y las especificaciones de la industria militar israelí”, agrega el reporte.
“Nadie estaba en la escena”, explicó el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamhani, a la televisión local, “la operación fue muy compleja y se realizó de modo remoto con equipos electrónicos”, aseveró.