jue. May 15th, 2025

Organizaciones denuncian un juicio manipulado y una confesión obtenida bajo tortura


Irán llevó a cabo la ejecución de Mohsen Langarneshin, un ciudadano acusado de colaborar con el Mossad y de participar en el asesinato del coronel Sayyad Khodaei, integrante de la Guardia Revolucionaria. La ejecución se realizó por ahorcamiento al amanecer del miércoles en la prisión de Ghezel Hesar, cerca de Teherán, según confirmaron fuentes judiciales y organizaciones de derechos humanos.


La agencia oficial Mizan, del poder judicial iraní, presentó a Langarneshin como un “espía de alto rango” al servicio de Israel, implicado en operaciones de inteligencia dentro del país. Sin embargo, grupos de derechos humanos y activistas internacionales afirman que el proceso judicial fue profundamente viciado: no se permitió la presentación de pruebas exculpatorias, y las confesiones habrían sido obtenidas mediante tortura.


Una ejecución denunciada como injusta

“El caso de Langarneshin es un claro ejemplo de ejecución extrajudicial encubierta por un sistema judicial que niega derechos fundamentales”, denunció Mahmood Amiry-Moghaddam, director del Observatorio de Derechos Humanos de Irán (IHR), con sede en Noruega. Según sus datos, al menos 339 personas han sido ejecutadas en Irán en lo que va del año, en un preocupante aumento del uso de la pena de muerte.


Langarneshin fue juzgado por un Tribunal Revolucionario presidido por el juez Abolghasem Salavati, sancionado por Estados Unidos y la Unión Europea por su historial de violaciones a los derechos humanos. El Centro Abdorrahman Boroumand, que hizo campaña en favor del condenado, sostuvo que Langarneshin negó en todo momento las acusaciones y aseguró que su confesión fue obtenida mediante coacción.


Clamor internacional y dolor familiar

Horas antes de la ejecución, la madre del acusado realizó una vigilia frente a la prisión, implorando públicamente por la vida de su hijo. “Tenemos pruebas de su inocencia, pero las autoridades rechazan todo”, afirmó en un video difundido por activistas. Según el IHR, Langarneshin declaró en una llamada que fue forzado a admitir haber colocado una motocicleta con cámara de vigilancia, algo que calificó como “una tontería fabricada”.


La actriz y activista británica de origen iraní, Nazanin Boniadi, escribió en la red social X: “La sanguinaria República Islámica ha ejecutado a otro inocente”.


El asesinato del coronel Khodaei ocurrió en mayo de 2022, cuando dos motociclistas lo acribillaron frente a su casa. Aunque analistas occidentales sostienen que el Mossad ha operado en suelo iraní con actos de sabotaje y asesinatos selectivos, los activistas advierten que muchas veces las autoridades capturan a inocentes cuando los verdaderos responsables ya han abandonado el país.


Contexto de represión

La ejecución de Langarneshin se suma a otras recientes medidas represivas. En enero de este año, Irán ahorcó a cuatro kurdos acusados de colaborar con Israel en un supuesto intento de sabotaje a una instalación de defensa en Isfahán.


Otro caso pendiente es el del académico iraní-sueco Ahmadreza Djalali, sentenciado a muerte en 2017 por presunto espionaje, en un proceso igualmente criticado por la comunidad internacional y su familia.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.