Historia judía, relación causa-efecto. Breve reflexión

27 octubre, 2020 ,
"Sodoma y Gomorra en llamas" por Jacob de Wet II, 1680 - Foto: Wikipedia - Dominio Público
«He aquí que Yo creé el herrero que sopla las ascuas del fuego, y fabrica el instrumento para su oficio, y Yo fui el que creé al destructor para causar estragos».
 Isaías 55, 16.
Relación causa efecto
Desde siempre y en todas las explicaciones bíblicas, y todos los comentaristas en todos los tiempos, han señalado que todo evento (forjado por el hombre) tiene su causa y su consecuencia. Y que duda nos cabe, que todas las personas somos reacias a reconocer yerros y equívocos, ya que siempre la culpa se encuentra «en el otro».
Si tomamos la explicación que da Metzudat David (un perush o explicación de la Torá) acerca de lo que menciona el profeta Isaías y aclara: Yo (D’os) soy el que incito al enemigo contra ti (para castigarte), Y Yo también soy el que lo derroto y lo obligo a hacer la paz contigo.
Corrupción sexual, idolatría y robo
En el capítulo de la Torá que se ha leído en shabat pasado, D’os explica, las causas por las cuales traerá el castigo diluviano sobre la humanidad. Y continuando el camino, la divinidad afirma que nada es gratuito, que todo castigo tiene su razón, y que estamos frente a un D’os celoso, severo, ante la iniquidad y los actos injustos o malvados, aunque siempre advierte a ciertas personas, el castigo que se está gestando (preparando), puede que dando una última chance u oportunidad para la teshuvá el retorno o el arrepentimiento o rectificación de la conducta humana.
El cierre de este segundo bloque me permite citar el dicho «el que avisa no traiciona».
Libre albedrío y los actos del hombre
Otra explicación del capítulo de Noé, es que lo principal, es lo que el hombre genera con sus actos en el mundo y son de su exclusiva responsabilidad, ya que, en el caso de la procreación, ahí si se encuentra involucrada la participación divina.
Desde que el hombre transgredió la orden divina, y comió del fruto del árbol del entendimiento del bien y del mal, deja de ser un autómata, y adquiere conciencia y responsabilidad por sus acciones. Por ende, también inexorablemente, recibe el impacto de sus efectos y consecuencias, sea en el corto o en el mediano o en el largo plazo.
Sodoma y Gomorra
También estas ciudades fueron destruidas por D’os, haciendo llover fuego y azufre del cielo, a causa de pecados como: intento de violación, egoísmo, violencia y falta de hospitalidad.
Y siglos más tarde ambos Templos de Jerusalén fueron destruidos por idolatría y odio gratuito entre hermanos respectivamente. Lamentablemente, la extensa diáspora aún vigente y es como una canasta llena de persecuciones, pogromos y lo último la Shoá en pleno siglo XX.
El lobo y la oveja. Reflexión final
Y llegados al final, traigo la frase: «El lobo y la oveja nunca hacen pareja», e Israel es representado siempre como una oveja rodeada de setenta lobos. Y continuando el sendero también puedo añadir: «una oveja mala, al rebaño entero daña», y encastra a la perfección por la responsabilidad mutua que tenemos los judíos los unos por los otros. Y el beneficio o perjuicio que ocasionan al conjunto malos actos cometidos por individuos aislados o por pequeños grupos que igualmente arrastran a la totalidad del pueblo hebreo.
Hay dos citas que ponen en evidencia que la divinidad no mide a Israel con la misma vara que nosotros los humanos nos consideramos y evaluamos a nuestros actos. Como si para el Todopoderoso no existiera lo que nosotros las personas denominamos «la caja chica», o las pequeñas cosas a nuestros ojos o de algunos, carentes de valor o significado y encontramos respuestas o castigos colectivos que aparecen desmesurados o desproporcionados a las faltas cometidas.
Dice en el Deuteronomio (31,16-18):  y este pueblo se alzará prostituyéndose tras dioses extraños del país donde entrará, y Me abandonarán y romperá el Pacto que establecí con él. Ese día se encenderá mi cólera contra ellos y los abandonaré y ocultaré Mi rostro y serán aniquilados por una multitud de males que les sobre vendrán, de manera que dirán a la sazón: «Ciertamente nos ocurre esta desgracia por no estar nuestro D’os entre nosotros» Y en ese día Yo les ocultaré Mi rostro por las abominaciones en que incurrieron volviéndose a otros dioses». Y el Salmista sentencia con magna sabiduría: «Nos entregaste como ovejas al matadero y nos has esparcido entre las Naciones….Pero por Ti nos matan todo el día, y somos como ovejas que van al matadero… ¿Por qué ocultas Tu rostro y Te olvidas de nuestra aflicción y de nuestra opresión?» Salmo 44, 12-23-25.
No cabe duda que esta faceta de D’os es parte de su atributo que se complementa con su amor eterno por el pueblo judío, pero su ejecución y sus consecuencias no siempre son comprensibles a la finita mente humana. Hay aspectos del Plan divino que aún permanecen oculto a los seres de carne y hueso, recuerdo un miembro del minian (quorum de diez personas para poder rezar en grupo) donde asistía regularmente a las oraciones me decía: «nosotros solo pedimos a D’os rajamim o misericordia» y en este atributo de jesed (bondad) y rajamim apuntamos en todas nuestras plegarias.
Para concluir, hay muchas frases o dichos de ovejas y lobos, pero hay uno que no la puedo citar textualmente y dice que: «los lobos se encargan de mantener a las ovejas descarriadas dentro del rebaño».
Es el deseo (anhelo) profundo de este escritor, que seamos solo merecedores de recibir solo bondad y misericordia, y que todo lo que estudiamos en la Torá quede solo en el pasado, como una muestra o advertencia, para citar al rey David quien expresa: «que solo cosas buenas me (nos) persigan todos los días de nuestras vidas.
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