Entre dar y recibir

26 octubre, 2020 ,
Foto: REUTERS / Remo Casilli

La semana pasada fue noticia que Saeb Erekat, miembro prominente de Al Fatah, de la Autoridad Nacional Palestina y jefe negociador de varias delegaciones palestinas, fue recluido en el hospital Hadassah Ein Karen. Erekat sufre de COVID-19, tiene un trasplante de pulmón en su haber, y su condición general es muy delicada.

Erekat estuvo muy activo en las negociaciones de Oslo. Su participación en los procesos de paz, datan desde antes de la Conferencia de Madrid de 1991. Algunos, en Israel lo califican como un negociador muy duro, capaz de entorpecer las discusiones con cantidad de detalles y razonamientos, y capaz de destrancar un juego si fuese necesario. Fue muy cercano a Yasser Arafat y si por resultados lo medimos, se puede decir que consiguió que la Autoridad Nacional Palestina haya conseguido su estatus actual. No vale la pena entrar en detalles para mencionar las ventajas y desventajas de la actual situación.

Algo sí es cierto: no se logró un acuerdo de paz con Isael por intransigencia. Y, además, existe un segundo bastión palestino en Gaza, muy enfrentado a Al Fatah, la Autoridad Nacional Palestina y lo que ello representa.

Erekat no se puede calificar de un amigo de Israel. La calificación de enemigo, antipática y desagradable, aplica mejor. Es de aquellos que denuncia a Israel de cosas que no hace, que rechaza las propuestas americanas de la administración Trump. Que pre condiciona eventuales negociaciones a condiciones inaceptables. Ha descalificado a Israel en forma severa, y se niega a aceptar que Israel sea considerado un estado judío.

Israel acepta recibirlo en un hospital de primera línea. Prestarle la asistencia médica necesaria, y tratar de salvarle la vida. Uno se pregunta si este trato es lo que Erekat ha de merecer y si no debe haber alguna contraprestación a cambio. Puede ser la devolución de cuerpos de soldados israelíes en manos de Hamás, por ejemplo. O algún gesto recíproco de buena voluntad.

En definitiva, Israel hace lo correcto. No es quizás lo que se merece Saeb Erekat, no es el trato que se recibiría en caso contrario. Pero negarle la ayuda humanitaria sería bajar a un nivel que no está acorde con los principios religiosos, éticos y morales del Estado… judío. Sí, del Estado de Israel, que es un Estado judío, el único del mundo, y debe regirse por un estricto código de conducta.

Con Erekat en Hadassah, se rompen muchas mentiras, caen mitos inventados. No aplica boicotear bienes y servicios israelíes. Se hace uso de doctores, personal en general, israelí. Árabes y judíos por igual. Se demuestra que Israel es un estado cuya población quiere la paz, por más que a algunos les moleste un gesto de buena voluntad que habrá quienes califiquen de timorato o estúpido. No, no es así.

Cuando Israel actúa de manera magnánima, los beneficios son dobles. En primer lugar, para el propio Israel, los israelíes y los judíos. Sale a relucir el espíritu de solidaridad, la valoración de la vida como valor supremo y también se hace un acto noble que beneficia a un ser humano, su familia y seres queridos.

Sí. Es mejor estar de lado de los que dan, y que pueden dar, y no del lado de quienes reciben. Como también es mejor, según Maimónides, estar del lado de los ofendidos y no de quienes ofenden.
Israel es quien puede dar. Ofendido muchas veces. Preferible así.

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