Una encuesta elaborada por el instituto Maagar Mohot y publicada hoy, viernes, por el diario Israel Hayom y el sitio web i24News sugiere que, si se llevaran a cabo actualmente elecciones el partido gobernante Likud, encabezado por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, obtendría apenas 29 escaños (al presente cuenta con 36).
El partido Yesh Atid, presidido por Yair Lapid, le sigue mucho más atrás con 16 diputados, y la agrupación política Nueva Esperanza, liderada por el ex diputado del Likud Gideon Saar, 13.
El partido Yamina, encabezado por Naftalí Bennett, conseguiría 10 escaños.
La Lista Conjunta árabe caería a 10 escaños (actualmente tiene 15), y el escindido partido Raam (Lista Árabe Unida) no logra superar el umbral mínimo electoral (el 3,5% de los votos sufragados) para ingresar en la Knéset (Parlamento).
El partido ultraortodoxo sefaradí Shas tiene proyectado obtener 9 escaños y la agrupación ultraortodoxa askenazi Judaísmo Unido de la Torá conseguiría siete.
El partido nacionalista secular Israel Beitenu (Israel Nuestro Hogar), del diputado Avigdor Liberman, consigue 6 escaños; mientras que el Partido Laborista, el izquierdista Meretz y el centrista Azul y Blanco obtendrían todos cinco diputados cada uno.
La alianza electoral conformada por el partido Religioso Sionista (ex Unión Nacional), Poder Judío (Otzmá Iehudit) y Noam también logra cinco legisladores en el sondeo.
Netanyahu sigue siendo el candidato favorito para el puesto de primer ministro con el 32% de apoyo, seguido de Yair Lapid (14%), Gideon Saar (13%) y Naftalí Bennett (11%). Solamente el 4% considera a Benny Gantz, actual ministro de Defensa y presidente del partido Azul y Blanco, como favorito para el cargo de titular del Ejecutivo.
Con esta constelación el bloque de partidos de derecha y religiosos que conforman teóricamente la base de apoyo de Netanyahu tiene proyectado obtener 60 escaños del total de 120 que conforman la Knéset, lo que implica que existen grandes posibilidades de que continúe el estancamiento político.