dom. May 18th, 2025

Por Yoni Ben Menahem

• Altos funcionarios de seguridad reportan importantes disturbios en las calles jordanas tras la decisión del gobierno de proscribir a los Hermanos Musulmanes.
• Ellos advierten que la Hermandad podría verse obligada a pasar a la clandestinidad e intensificar sus actividades subversivas contra el Rey Abdullah.
• Según estos funcionarios, el Rey también está considerando declarar al ala política de la Hermandad como organización terrorista o disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.

Asharq Al Awsat informó el 25 de abril de 2025 que el juicio contra 16 miembros de la red terrorista de los Hermanos Musulmanes comenzará en Jordania en los próximos días.

Altos funcionarios del Reino Hachemita declararon al periódico que «la era de tolerancia del gobierno jordano y las fuerzas de seguridad hacia la Hermandad Musulmana ha llegado a su fin».

Fuentes de seguridad de alto nivel afirman que Jordania se encuentra ahora en una encrucijada crítica, posiblemente enfrentando su mayor amenaza desde septiembre de 1970, cuando la OLP intentó derrocar al rey Hussein. Creen que la prohibición legal impuesta por el rey Abdullah a los Hermanos Musulmanes —un movimiento religioso fuerte y popular— podría obligarlos a pasar a la clandestinidad e intensificar sus actividades clandestinas contra la monarquía jordana.

Sin embargo, subrayan que el rey Abdullah se siente muy presionado y está harto de la Hermandad, que se ha alineado con Irán y Hamás desde el estallido de la guerra de Gaza. Presuntamente, el movimiento intenta derrocarlo del poder para abrir un nuevo frente contra Israel desde el territorio jordano.

Fuentes de seguridad revelan que hace varios meses, las fuerzas de seguridad jordanas emitieron advertencias explícitas a la Hermandad Musulmana y a Hamás: cualquier intento de socavar la seguridad nacional de Jordania desencadenará severas contramedidas, incluyendo acciones militares en los campos de refugiados palestinos, que recuerdan los sucesos del “Septiembre Negro” de 1970. A pesar de estas advertencias, las actividades subversivas de la Hermandad persistieron, dejando al rey sin otra opción que declarar ilegal a la organización.

La inteligencia israelí informa que la opinión pública jordana está en plena tensión tras la decisión. La Hermandad es considerada ampliamente como la fuerza política más poderosa y popular del país.

Mientras que algunos jordanos apoyan la férrea estrategia de la monarquía para salvaguardar la seguridad y la estabilidad nacionales, muchos otros simpatizan con la Hermandad y se oponen a la represión.

Los escépticos se niegan a aceptar la versión oficial presentada por las fuerzas de seguridad jordanas sobre los miembros de la red terrorista arrestados. Creen que estos individuos no tenían intenciones de desestabilizar a Jordania, sino de fabricar armas tales como cohetes y drones para introducirlas de contrabando en el norte de Samaria y usarlas contra las fuerzas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Por primera vez, las relaciones entre el Reino Hachemita y la Hermandad Musulmana se han deteriorado hasta llegar a una ruptura total, una situación que podría derivar en enfrentamientos callejeros abiertos en un momento en que Jordania y la región en general enfrentan profundos desafíos.

La participación de Hamás, especialmente su amplio apoyo entre la generación más joven de Jordania debido a su guerra contra Israel, ha complicado aún más la situación.

El llamamiento de Hamás a la liberación inmediata de los miembros de la red arrestados, presentándolos como combatientes de la resistencia contra Israel en lugar de amenazas contra Jordania, enfureció al palacio real jordano e impulsó al rey Abdullah a abandonar su anterior política de tolerancia y a optar por una línea dura contra la Hermandad.

La ilegalización de los Hermanos Musulmanes es solo el primer paso. Las autoridades jordanas están considerando desmantelar su brazo político legal, el Frente de Acción Islámica, que cuenta con 17 escaños en el Parlamento, y declararlo también organización terrorista.

Según funcionarios de seguridad, el rey Abdullah también está considerando la posibilidad de disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones para debilitar la influencia política de la Hermandad.

La decisión jordana prohíbe explícitamente las operaciones de la Hermandad Musulmana, confisca sus activos, finanzas y actividades, y ordena acciones contra cualquiera que demuestre tener vínculos con el movimiento. También prohíbe la publicación, transmisión o promoción de noticias o conferencias relacionadas con la Hermandad, una medida que ha revivido el recuerdo de acciones similares tomadas en Egipto contra la Hermandad en 2013.

El comentarista egipcio Karam Yehia declaró a Rai al Youm el 25 de abril que el momento del anuncio de Jordania sugiere una conexión con los acontecimientos en Gaza. Dijo que la decisión envía principalmente un mensaje al presidente estadounidense Donald Trump y al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, con el objetivo de distanciar formalmente a Jordania de Hamás y la resistencia palestina en general.

Mientras tanto, el periodista egipcio Ahmed Moussa, estrechamente vinculado al régimen egipcio, elogió la acción de Jordania, afirmando: «No se puede confiar nunca en la Hermandad Musulmana. Son traidores y agentes que no tienen lealtad a su patria en ningún momento». Moussa añadió que «todos los afiliados a esta organización traidora deberían ser ejecutados».

Fuente: The Jerusalem Center for Security and Foreign Affairs

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