El “Limud” que busca reavivar la vida judía en la isla de Mallorca

El “Limud”, un evento creado para profundizar y difundir diversos aspectos del judaísmo, ha llegado a la isla española de Palma de Mallorca, donde siglos atrás hubo una vibrante comunidad judía. “Un lugar donde aprender de judíos con tatuajes, feministas ortodoxas, creatividad ritual, Chuetas, Tikun Olam, valientes mujeres pioneras, Krav Mavga, y recetas para elaborar Hummus o Challah en un día”, promocionaban en Facebook los impulsores del proyecto.

Según los organizadores, la presente edición del Limmud será el evento judío más multitudinario celebrado en la isla en los últimos siglos. Dani Rotstein, judío norteamericano afincado en Palma de Mallorca y miembro de la organización, dijo que unas 150 personas, incluyendo 45 llegadas de fuera de España y 32 conferenciantes, participan en el evento.

Dani Rostein, uno de los organizadores de «Limud» Mallorca.

Uno de los elementos centrales del Limud en la isla es reivindicar y resucitar el legado de los “chuetas”: aquellas familias judías que, debido a la persecución de la iglesia católica puesta en marcha con la Inquisición de 1492, fueron obligadas a convertirse a la religión cristiana si querían evitar ser expulsados de la península ibérica. Aunque oficialmente se convirtieron al catolicismo, hubo familias que continuaron practicando su fe judía en secreto. Se estima que actualmente existen unos 20.000 “chuetas” en Mallorca, y decenas de ellos están formalizando conversiones al judaísmo.

“Hubo una constante población judía hasta el 1.500 aproximadamente. Aunque tras los primeros pogromos a finales de 1.300 e inicios del 1.400, se incrementó la presión social y empezaron las conversiones masivas, por lo que dejó de haber judíos técnicamente”, explicó a Aurora Juan Manuel Segura, filósofo chueta residente en la isla.

Según Segura, muchos de estos “criptojudíos siguieron judeizando en secreto. Era sabido que existían estas familias, y la Inquisición los persiguió. Cuando empezaron los últimos autos de fe contra ellos, los descendientes, que son los chuetas, quedaron registrados con 15 apellidos, que correspondían a las familias judaizantes de la época”.

Placa en recuerdo a 37 chuetas ejecutados en Mallorca en 1691.

A pesar de que formalmente ya eran cristianos, los descendientes de estos 15 apellidos “marcados” continuaron siendo discriminados. “Desde 1.700 hasta la actualidad, llevar estos apellidos era motivo de discriminación en el campo educativo, laboral o militar.  Esto marca mucho la identidad de los chuetas, que en gran mayoría siguieron casándose entre ellos y vivían en barrios muy concretos de la isla”. Hasta hace relativamente poco, era costumbre llevar a los niños a un convento en cuya entrada figuran los apellidos chuetas, y se les remarcaba que “éstos fueron los que mataron a Cristo”.

Moriah Ferrús, que fue directora de educación y culto de la comunidad judía de Barcelona “Atid”, explicó a este diario los pormenores de la iniciativa: “tras dos o tres ediciones en Barcelona, decidimos junto a Dani  Rotstein traer el evento a Palma de Mallorca, y Dani hizo que fuera una realidad. Pretende dar a conocer la cultura judía sin fijar denominaciones ni orígenes, simplemente para disfrutarla”. Si bien pretende fortalecer a la minoritaria comunidad local, “Limud” también quiere dar a conocer el judaísmo al resto de la población.

El pasado viernes se produjo algo insólito en la isla: la coincidencia de tres eventos de cabalat shabbat. “Hicimos un evento con melodías judías mediterráneas, no necesariamente ashkenazíes o sefardíes, que cantaban en el pasado judíos de Catalunya, Sicilia, Salónica, Estambul o el norte de África”, dijo Ferrús. A su vez, se celebró la clásica recibida del shabbat, de carácter ortodoxo sefardí, en la sinagoga de Palma; y un tercero promovido por FET, una ONG israelí que promueve charlas sobre gastronomía. “Fue la primera vez en cientos de años que hubieron tres minian (ritual de rezo) simultáneos”, añadió. 

Ferrús participará en una conferencia titulada “Volviendo a Livorno” (tornant a Liorna, en catalán) donde se recordará la historia de muchos judíos de Catalunya y Mallorca que querían ir a la ciudad italiana de Livorno en la Edad Media por la libertad de culto y comercio que prevalecía en la ciudad. “Ahora, el judaísmo catalán está volviendo a sus raíces en Mallorca, Valencia y Catalunya”, afirmó. Y más que revisar el pasado, se centraran en hablar de presente y futuro, “de nuestra aportación al judaísmo actual”. Además de las ponencias, hubo actividades infantiles durante toda la jornada.

Ferrús, que se convirtió al judaísmo tras sospechar que procedía de una familia de conversos, concluyó afirmando que “en ocasiones hablamos de judaísmo como algo del pasado, pero en el futuro, tal vez en 200 años, los judíos hablaran de lo que estamos haciendo hoy en día”.

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