El Gobierno israelí debatirá hoy la aprobación de nuevas restricciones públicas y de movimiento para impedir la expansión del coronavirus, que se espera se concentren únicamente en las zonas con mayor morbilidad.
El denominado «gabinete del coronavirus» decidirá sobre las nuevas medidas para las ciudades y localidades donde la expansión de la COVID-19 está siendo mayor en esta segunda ola que sufre el país.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el director del Consejo de Seguridad Nacional, Meir Ben-Shabbat, apoyan dar luz verde a medidas más restrictivas, incluidos los cierres de los accesos y salidas o la imposición de toques de queda en los «puntos calientes» del virus, informó hoy la radio del Ejército.
El nuevo coordinador nacional para la pandemia, profesor Ronni Gamzu, sin embargo, al igual que varios ministros del Gobierno, estarían a favor de medidas menos restrictivas, y siempre de acuerdo a los datos de morbilidad de cada zona.
Desde que comenzó la crisis sanitaria a finales de febrero, han muerto en Israel (con 9 millones de habitantes) por el coronavirus 561 personas y más de 76.000 han dado positivo. En estos momentos, hay cerca de 25.000 casos activos, 341 de ellos graves y un centenar conectados a respiradores.
Desde prácticamente principios de julio el país registra más de un millar (mil) de contagios diarios, habiendo llegado a picos de dos mil infecciones nuevas detectadas en 24 horas, cifra con la que las autoridades señalaron que podrían volver a imponer un cierre total.
El país mantendrá sus fronteras cerradas para la entrada de extranjeros al menos hasta el próximo 1 de septiembre, aunque recientemente anunció que permitirá el acceso a miles de estudiantes matriculados en yeshivás (escuelas talmúdicas) y universidades del país. EFE