“El comando iraní irrumpió en el petrolero, pero huyó cuando llegó la flota norteamericana”

El buque cisterna Thalassa Desgagnes actualmente denominado Asphalt Princess - Foto archivo: Jim Olah vía Pixabay

La tripulación del buque de bandera panameña desbarató, frente a las costas de Omán, un intento de comandos marinos iraníes de apoderarse de la nave y desviarla hacia la República Islámica, al sabotear los motores de la embarcación.

De acuerdo con el reporte del diario londinense The Times, que cita a oficiales británicos, alrededor de media docena de comandos iraníes irrumpieron en el buque Asphalt Princess; pero la tripulación a bordo reaccionó rápidamente y saboteó los motores del buque asfaltero de tal manera que quedó inmovilizado.

Los comandos iraníes, que estaban fuertemente armados, huyeron rápidamente cuando naves de guerra estadounidenses y omaníes arribaron a la escena, subraya el informe que añade que no se registraron heridos en el efímero secuestro.

“Cinco o seis iraníes armados” secuestraron el petrolero reza la transcripción filtrada de una conversación entre los miembros de la tripulación de la nave cuando estaba frente a las costas de Fujairah, uno de los siete emiratos que integran los Emiratos Árabes Unidos, señala un reporte difundido por la emisora estatal israelí Kan.

El Centro de Seguridad Marítima de Omán anunció en un mensaje de Twitter que había recibido reportes de que el barco Asphalt Princess de bandera panameña había sido “secuestrado en aguas internacionales del Golfo de Omán”,  y destacó que el sultanato había desplegado varios buques para colaborar con la seguridad en la zona.

El martes, la entidad de la Marina británica Operaciones Marítimas Comerciales (UKMTO, en inglés) indicó que un buque había sufrido un “potencial secuestro”, y avisaba a las embarcaciones en el área manejarse con precaución.

El hecho tuvo lugar en una zona del Mar de Arabia que conduce al Estrecho de Ormuz, donde circula alrededor de un quinto de las exportaciones de petróleo del mundo.

Sin embargo, el Ministerio de Exteriores iraní negó su participación en los hechos, calificando el incidente de “muy sospechoso” y advirtió contra “la creación de cualquier ambiente falso” contra la República Islámica.

El incidente tuvo lugar tras el ataque del 29 de julio contra el petrolero Mercer Street, de bandera liberiana y propiedad japonesa, operado por una empresa del multimillonario israelí Eyal Ofer. En el ataque perpetrado con al menos un dron kamikaze fueron asesinados un ciudadano británico y otro rumano.

Israel, Estados Unidos, Gran Bretaña y Rumania acusaron a Teherán de perpetrar el ataque; pero la República Islámica negó su participación y advirtió  que responderá a cualquier tipo de “aventurerismo”.

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