El centésimo aniversario de la batalla de Tel Hai y los resultados de las elecciones

Tel Hai es un antiguo asentamiento fortificado judío en Israel, situado en la Alta Galilea. Foto: Wikimedia

En el centésimo aniversario de la batalla de Tel Hai (que tuvo lugar el 1 de marzo de 1920), resulta aleccionador recordar el acalorado debate que lo precedió entre los líderes de Yishuv, con respecto a la cuestión de abandonar el sitio. Este debate arroja luz sobre el declive de la izquierda sionista, en general, y los resultados de las últimas elecciones israelíes en particular.

En un artículo que se publicó en Haaretz diez días antes de la batalla de Tel Hai, Ze’ev Jabotinsky recomendó que se abandonara el sitio. En su lectura de las circunstancias estratégicas, aferrarse al sitio resultaba un ejercicio inútil que conduciría a la muerte innecesaria de sus residentes. «¿Cuál es el propósito?», preguntó. «¿Defensa o una demostración de fuerza?». Jabotinsky afirmó que «defender el sitio es imposible porque no tenemos una fuerza adecuada».

David Ben-Gurión, por el contrario, se mostró a favor de permanecer en el sitio, aunque fue su compañero laborista, Berl Katznelson, quien marcó la pauta sobre el tema. En una carta históricamente importante, Katznelson sentó las bases para el movimiento de los trabajadores pioneros, tanto en relación con la necesidad de defender y luchar por cada nodo de asentamiento, como con respecto a la toma de decisiones estratégicas en situaciones de riesgo. Sobre el valor del asentamiento en las tierras, escribió:

«Somos personas sinceras y no manifestantes… No nos envían comandantes y la pérdida de un compañero no es algo fácil para nosotros… Queremos vivir y saber lo que nos espera… y vamos porque estamos cumpliendo nuestra misión. Porque lo principal es honrar al Yishuv y su alma. Porque no se trata de una parcela de tierra y una pequeña propiedad judía, sino de la Tierra de Israel. Porque el abandono y la retirada son un ejemplo que proclama nuestra debilidad y futilidad. Y porque la única prueba de nuestro derecho a nuestra tierra, de la unicidad de Rosh Pina y Metulla, es una actitud de obstinada resolución, sin mirar atrás».

Aquí nació la lucha por el mantenimiento de la tierra, con cada nodo de asentamiento contribuyendo al control de la extensión espacial y, en última instancia, al establecimiento de la frontera.

Durante la era de los asentamientos de torre y empalizada, también Jabotinsky, expresó dudas sobre la capacidad de algunas de las comunidades aisladas y dispersas para contribuir a crear una masa crítica judía.

Sobre el tema de la presencia en una extensión espacial, Jabotinsky vio el asunto de manera diferente a Ben-Gurión y Katznelson. Midió el alcance de dicha presencia en términos de jure, teniendo que ver con la cantidad y la continuidad espacial entre puntos aislados. Los dos últimos vieron la extensión espacial en términos de facto, involucrando la red de enlaces que surgió dentro de ella y el impulso que la moldeó dinámicamente.

En cuanto a la lógica que guía el proceso de toma de decisiones, Katznelson explicó:

«En cada estrategia es fácil demostrar una derrota retroactivamente y difícil asegurar la victoria… Aparentemente, estamos en un viejo argumento aquí, un argumento que no se decide por afirmaciones lógicas. Hay [una] «practicidad» que arroja un cálculo retroactivamente y recomienda irse, y hay otra practicidad que insiste en permanecer hasta el último momento. Y luego está lo imposible que se convierte en posible».

Contra las afirmaciones de Jabotinsky, basadas en un análisis estratégico racional, Katznelson habló de la grandeza de aquello por lo que se lucha y del poder de la fe, creyendo que con suficiente resolución, incluso lo imposible sería posible. No es que la posición de Katznelson fuera irracional en sí, sino que en su visión pionera el poder de la fe tenía un papel que desempeñar en la toma de decisiones. En la atmósfera de nuestro tiempo tal afirmación seguramente se caracterizaría como «conversación mesiánica», divorciada de una visión sobria de la realidad.

Incluso después de cien años la batalla que se libró entre los dos enfoques permanece en el corazón de Israel. Pero, en lo que respecta a su actitud hacia la Tierra de Israel, el liderazgo de la izquierda sionista se ha distanciado del camino y la visión de Katznelson y los pioneros de Tel Hai. Ahí radica una clave para comprender el declive de la izquierda y también para comprender lo que Israel debe hacer al enfrentar los desafíos actuales.

Fuente: BESA – Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos

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