Dos beduinos son acusados del asesinato de un soldado israelí

Sargento Ron Itzhak Kokia z"l Foto: Portavoz del Ejército de Defensa de Israel vía Twitter

Khaled Abu Jaudah y su medio hermano Zahi Abu Jaudah, dos beduinos de la localidad de Kuseife en el Negev, fueron acusados ​​ del asesinato del sargento Ron Kokia, de 19 años, en Arad, hace un mes.

La investigación reveló que Khaled es simpatizante de organizaciones terroristas y está identificado con su ideología extremista, y que Zahi es su cómplice y confidente.

En determinado momento decidió perpetrar un ataque contra un soldado israelí para mostrar su apoyo al pueblo palestino y a la organización terrorista islámica Hamás, que controla Gaza.

En un  principio, planeaba secuestrar un soldado y usar anestesia a la que tenía acceso en el Hospital Universitario Soroka de Beer Sheva, donde estaba llevando a cabo prácticas para sus estudios. Planeaba usar al rehén para canjearlo por terroristas palestinos presos en Israel.

«Es un estudiante de un Colegio Universitario en Ashkelon, que no trabaja en el hospital”, puntualizó un portavoz del Hospital Soroka . Vino a adquirir experiencia laboral para sus estudios y estuvo dos semanas en el nosocomio».

Más tarde, cambió sus planes y se decidió por asesinar a un soldado y usar su fusil para perpetrar nuevos ataques.

Extrajo 54 mil shekels de su cuenta bancaria para cubrir sus gastos tras el ataque, cuando se diera a la fuga, y compró un automóvil que usaría para escapar tras el atentado.

En cierto punto, compartió sus intenciones con Zahi y juntos realizaron tareas de observación y reconocimiento de la zona para encontrar a la víctima.

Juntos planeaban encontrar un soldado que estuviese solo, asesinarlo a puñaladas y robarle su arma reglamentaria.

En la noche del 30 de noviembre, Khaled avistó al sargento Ron Kokia, que estaba esperando el autobús en una plazoleta cerca del shopping de Arad, y decidió perpetrar el crimen. Salió del automóvil y apuñaló por la espalda reiteradamente a Kokia, que estaba sentado en un banco; mientras intentaba quitarle el arma.

El soldado se resistió a entregar el arma; pero finalmente Khaled lo venció y escapó a Kuseife con el fusil dejando a Kokia sangrando y agonizando.

En Kuseife, Khaled se encontró con Zahi y le mostró orgulloso el cuchillo lleno de sangre y el fusil robado. Ambos escondieron el arma, y lavaron el cuchillo.

Luego fueron a comer una pizza para tener una coartada, y prometieron que dirían que estuvieron comiendo juntos cuando se produjo el asesinato.

Sin embargo, en menos de veinticuatro horas ambos fueron detenidos por el Servicio de Seguridad General (Shabak) y la policía.

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