«Mi amado, es semejante al venado y a la cabra montés. Helo ahí de pie, detrás de nuestra pared,
mirando por las ventanas, vigilando por las celosías».
Cantar de los Cantares. 2-9
La clave en el nombre.
La palabra Ester, se compone de una letra «Alef» por delante, y luego la palabra «seter»(oculto). Es decir, Hashem operando en secreto. Tras el velo de una serie de «aparentes casualidades», se esconde aquel que mueve los hilos de la historia y de los acontecimientos. Es por esto que su nombre no aparece ni una vez en el pergamino de Ester.
Y los judíos nos disfrazamos emulando de alguna forma o a nuestra manera, Su forma de operar por medio de aquello que conocemos y entendemos como naturaleza.
Amán, aprovechó.
Entre líneas los exégetas interpretan, Amán se dio cuenta que el pueblo judío estaba dormido «espiritualmente», y siendo hijo de Hamadathá, descendiente del Rey Agag, de la estirpe de Amalec, urdió un maquiavélico plan de exterminio rápido y total, siempre jurados y dispuestos a aniquilar judíos. En todas las épocas y en todo lugar.
Y para concluir este segundo bloque, la otra lección de muchas que encontramos Purim, todo sufrimiento o peligro tiene una causa. Es decir, que si los ieudim estamos en falta sea individual o colectivamente, D’os trae a Amalec, que viene «a despertarnos» y nunca lo hace en formato chocolate.
Mi madre decía.
Recuerdo que mi madre Aida Z»L siempre repetía que Hitler era de la estirpe de Amalec, de ahí su odio visceral y total hacia los hebreos. Y que «casualidad» los 10 nazis que fueron colgados tras el principal juicio de Nuremberg, se corresponderían con los 10 hijos de Amán que corrieron igual suerte.
Es por este camino, que el furioso antisemita, editor del venenoso periódico nazi «Der Sturmer»(El atacante), grito antes de ser ahorcado: «que ese día era Purim 1946 para los hebreos».
Resulta evidente que Hitler y sus acólitos tenían bien presente esta festividad, ya que es mencionada en la película más antisemita jamás filmada por estos esbirros y titulada «El judío Eterno».
Festejar y sacar conclusiones. Final.
Una cosa no quita la otra. Festejamos nuestra salvación de manos de nuestros enemigos, pero debemos revelar/nos que hay un mensaje oculto. Cada vez que se presenta Amalec con diferente ropaje o maquillado a la época, se oculta alguna falta. Que la mayoría de las veces hay que observar en nuestra conducta, y aprender a leer «entre líneas» que significa descifrar aquello que se escribe en una forma no explícita, sino sobreentendida. Nos guste o no, tenemos siempre que examinar nuestra conducta, aún con el auxilio de una lupa.
Está es la mecánica de Hashem, una falta puede dejarnos desnudos de la protección divina, y esta situación, aún temporal o transitoria puede causar estragos y toda clase de penurias.
Para concluir, todo es necesario, la fiesta y la comprensión profunda del mensaje encriptado. No para amargarnos, por el contrario, para no repetir errores, para no tropezar siempre con la misma piedra. Después de todo «Purim no es una especie de carnaval judío».
Y concluyo citando nuevamente el versículo del Shir Hashirim del Rey Salomón: «Mi amado sube la voz para decirme:»¡Levántate, mi amada, belleza mía, ven hacia mí!; ¡Ya pasó el invierno y la lluvia lluvia terminó!
Jag Purim Sameaj!