Miles de habitantes de Melbourne se presentaron y marcharon por la ciencia el 22 de abril de 2017 (Día de la Tierra). - Foto: Wikipedia - CC BY-SA 2.0

Biden advirtió: “estamos en peligro”, y exhortó a drásticos cambios. “Es un imperativo moral y económico” destacó, y transmitió que USA se proponía recortar para el 2020 las emisiones de gases invernadero, en un 50% respecto a las del 2005. Dobló las metas de Obama.


La Emergencia Climática Crece

Las emisiones de dióxido de carbono fueron récord histórico en el último año, 420 partes por millón. Bajo su impacto el calentamiento global se acerca al temido umbral de 1.5% más que en la prerrevolución industrial. En diversas regiones ya se ha superado esa cifra. El calor está achicando rápidamente el Ártico. Los mares se calientan y desbordan. Su temperatura es superior a los 30 años anteriores. Un 35% de los corales base de la vida marina, fueron aniquilados por el calor. Aumenta la violencia de los huracanes, su tiempo de estadía en tierra, y las inundaciones. Por otro lado, las tierras se secan, las sequías son más prolongadas, disminuye el agua, y caen las cosechas. Los bosques grandes absorbedores de dióxido de carbono se autoincendian por los calores y la sequedad. Se pierde biodiversidad. Han desaparecido un millón de especies vegetales y animales. La destrucción de ecosistemas favorece la diseminación de los virus y las epidemias.


Daños y Víctimas

De seguir estas tendencias el producto bruto mundial caerá en 23 trillones de dólares anuales, y para el 2050 baría en un catastrófico 14%.

Los países en desarrollo son los que menos emisiones envían pero los más afectados. Si como se prevé la temperatura asciende en un 2.6% en el 2050, el PNB de India caerá en 35%, el de Indonesia en 40%, los de Malasia, Filipinas, y Tailandia en 50%. Ya el cambio climático ha hecho que las desigualdades entre países ricos y pobres aumenten en un 25%. Las economías pobres se achican y las ricas crecen apoyadas en la explotación de energías sucias contaminadoras. Se está dando según diversos economistas la mayor transferencia regresiva de ingresos de la historia.

El cambio climático acorrala a los campesinos pobres, los pescadores y los 1700 millones de marginales urbanos. Las migraciones desesperadas y los refugiados climáticos se multiplican. El 20% de las muertes anuales, la gran mayoría de pobres, se deben a la polución disparada por los desequilibrios climáticos.

Un caso de riesgo muy grave es el del Brasil (1/3 de la población de América Latina). Las políticas públicas depredadores de la gestión Bolsonaro han llevado a que el Amazonas, principal reserva planetaria de selvas tropicales, pierda en el último año el 21% de sus bosques por los incendios intencionales de intereses que quieren quedarse con la tierra y la minería salvaje, ambos con total impunidad. A pesar de la crítica mundial, el presupuesto gubernamental para protección ambiental 2021 será el menor de las últimas dos décadas.


Hay Soluciones

Junto a USA, la Unión Europea se fijó cortar las emisiones en un 55% para el 2030. Ambos se proponen incentivar al máximo la generación de energías limpias, solar, eólica, maremotriz, e hidrógeno, cerrar las minas de carbón, pasar masivamente a autos eléctricos, eficientizar el uso de energía en las ciudades. Sus referencias son países pioneros al respecto como Israel, los nórdicos, Costa Rica, algunos asiáticos.

La humanidad se halla al borde del abismo. Hay pocos años antes de que los daños ecológicos sean irreversibles. El Papa Francisco advirtió a los 40 presidentes, y al mundo, “Hemos llegado al límite”.

(*)      Asesor de diversos organismos internacionales. Doctor Honoris Causa de la Universidad Hebrea de Jerusalem. Premio Internacional CORRESPONSABLES de España 2020. [email protected]

 

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