Pero persisten algunas irregularidades.
Es curioso que quienes abogan por no vender a Israel, sean usuarios perennes de productos que son parte de la vida diaria. Las redes sociales, las aplicaciones como WhatsApp, medicinas y procedimientos médicos. Incontables productos y servicios, adelantos en todas las áreas de nuestro quehacer, tienen algo o mucho que ver con Israel.
La campaña de BDS, vale decir boicot, desinversión y sanciones, es más mediática que efectiva. Molesta más de lo que realmente puede afectar a la economía israelí. Pero nos permite identificar a quienes son promotores y partícipes de estas iniciativas.
Hace unos días, una famosa compañía de helados muy sabrosos anunció que dejaría de vender a los territorios palestinos ocupados. La noticia ha sido bastante comentada tanto por los que apoyan como por quienes se oponen a la acción.
El problema entre israelíes y palestinos es complejo y de larga data. Estas iniciativas logran calentar los ánimos sin resolver nada, pero reflejan también la falta de verdadero interés en comprender y resolver el asunto.
Una primera aclaratoria que debemos hacer es con respecto al término “colonos”, que se aplica a los israelíes y judíos que han fundado asentamientos en la Margen Occidental o Cisjordania, o territorios ocupados que es el término más ácido y seguro menos edificante.
La tierra de Israel fue dada por Di-s al pueblo de Israel al culminar los cuarenta años de peregrinación el desierto. Moisés y Josué, hicieron la repartición entre las tribus, y el término Najalá, significa heredad. El término en hebreo de nuestros días que identifica a los mal llamados colonos como Mitnajalim, es una pésima traducción, que desvirtúa el origen religioso e histórico del derecho de los judíos a la tierra de Israel, aun con las consideraciones de rigor que eviten anacronismos fuera de lugar y eviten discriminación de otros pueblos y violación de derechos ciudadanos de judíos o no judíos. Mitnajalim son algo así como los herederos, los ejecutores de la herencia recibida. Nada que ver con el término colonos, ni ocupantes, ni invasores. La sola adhesión a estos términos constituye en buena medida un desconocimiento de los principios monoteístas: judíos, cristianos e islámicos. Y se hace con demasiada frecuencia aún sin mala intención.
Estamos conscientes que esta argumentación histórica no ha de satisfacer las posturas de las partes enfrentadas para resolver el conflicto, pero es imperativo conocerla. Las negociaciones entre palestinos e israelíes son muy complicadas, más aún con dos enclaves palestinos enfrentados entre sí y con Israel. Desconocer ciertos hechos no ayuda, entorpece.
Ben y Jerry, la fábrica de helados de excelente presentación y ricos sabores, nos han presentado una faz de ignorancia y sesgo, que nos deja mal sabor.
Han actuado como una comiquita. Ben y Jerry a lo Tom y Jerry.