Ayer Buenos Aires, hoy Beirut. Breve reflexión

10 agosto, 2020 , ,
Escombros en la zona del puerto después de la explosión en Beirut - Foto:REUTERS/Hannah McKay

» A los que te torturan les haré comer su propia carne y se embriagarán con su propia sangre como vino; entonces todo ser de carne sabrá que YO, el Eterno, soy el que te salva y redime, él poderoso de Yaacob». 
 Isaías 49,26

Comprensión humana, tan limitada
No cabe duda que nosotros, los seres humanos, judíos o no, tenemos una comprensión muy limitada de los hechos que nos toca vivir o sufrir. Sea que nos toque en carne propia, o lo que podemos apreciar en «lomo ajeno». De todo esto pensamos, reflexionamos, y sacamos conclusiones. Igualmente, todo aquello que podamos decir, manifestar o escribir, nunca llegará a satisfacer al autor ni al lector. Ni mucho menos podremos argumentar que es verdad absoluta. Para terminar este primer párrafo solo puedo jugar con analogías e inferencias, sabiendo que todo es limitado, y que todo lo expresado es terrenal.

Midá Kenegued Midá
Al estallar en el puerto de Beirut 2750 toneladas de nitrato de amonio, uno no puede dejar de asociar que este producto fue uno de los utilizados en la voladura de la AMIA el 18 de Julio de 1994. Y siguiendo la pista, Líbano sede de Hezbollah (también implicado como el brazo ejecutor), y luego de 26 años de aguardar la justicia humana que nunca llega, puede que detrás de este trágico suceso, algunos podamos mirar tras el velo que generalmente oscurece los ojos de los humanos, y lograr tejer imaginarias líneas rojas que conectan uno con el otro.

Más allá de nuestra compasión por todas las víctimas del terrible estallido que afectó a la casi totalidad de la capital del país de los cedros, imposible no citar el Principio Talmúdico (Sotá 9) de Midá Kenegued Midá (medida por medida, o todo lo que uno hace vuelve).

El dedo de D’os
¿Justicia humana versus justicia divina? No cabe duda que todo evento puede tener diversas explicaciones y significados. Y todo es respetable. ¿Y si esta sustancia era almacenada por el grupo terrorista para atacar el puerto de Haifa?. Nasrallah ya había amenazado esto hace un par de años. Este clérigo del odio, hacía alarde de tener «una bomba nuclear» que ahora parece que le ha explotado en sus manos. Los israelíes lo denominan «accidente de trabajo», y claro que no es el primer caso. Un palestino que muere manipulando el artefacto que construye para asesinar judíos.

La muerte de toda persona
Nos acongoja. Aún de aquellos que son nuestros enemigos. Los judíos no somos educados para odiar o vengarnos. El foco de nuestra religión se encuentra siempre en la educación y en nuestro perfeccionamiento personal, grupal y moral.

Por otro lado, en ocasiones pienso, que gran parte de la sociedad libanesa de alguna manera en todos estos años, ha sido rehén, pero también en parte cómplice de Hezbollah. Al tolerar, al no luchar para sacarlo de su suelo. Incluso aceptarlo como «partido político» en su asamblea nacional, de alguna manera se han hecho participes necesarios, posibilitando su accionar por omisión. Y lamentablemente sufriendo consecuencias por haber cobijado a estos bandidos e incluso darles status legal.

Sof dabar hakol nishmá. El final
Como sentencia el Eclesiastés en el capítulo 12, versículo 13, «Sof dabar hakol nishma», que sería algo así «al final todo se sabe» o «todo sale a relucir». Pero puede que las esperas y los tiempos no sean los tiempos de nosotros los mortales.

Hoy en las calles de Beirut, muchos libaneses han aprendido en carne propia, lo que antes muchos vivimos en la calle Pasteur (y esto no me alegra). Y muchos salen a pedir colgar a Nasrallah y los ministros que le apoyan.

Puede que al final, de este colofón, muchos árabes terminen de entender que Israel no es el verdadero enemigo de los pueblos árabes. Puede que sí o puede que no. De cualquier manera, todos los judíos de la Diáspora sentimos a Israel como nuestro orgullo. Su ofrecimiento de ayuda humanitaria y médica no pasará desapercibido para muchos ismaelitas, su mano tendida para lograr la paz. Tal como lo viene haciendo con varios miles de sirios que atendió, ayudó, y hasta salvó de la muerte, atendidos en hospitales del norte del país. Aunque muchos tratan de defenestrar al Estado judío, no siempre podrán tapar el sol con sus sucias manos. Por lo bajo, muchos gentiles, ajenos y aún propios, están empezando a reconocer que lo que destaca a los hebreos no es su superioridad militar, sino, su superioridad moral. Y para el que esto escribe, una nueva señal que no estamos solos, hay «alguien más» que nos está monitoreando en forma constante, y que toda vida, toda sangre, y toda lágrima tiene su valor. Y todo dolor provocado tiene su costo, y esto se encuentra más allá de nuestra decisión humana..

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