Abdullah Ahmed Abdullah alias Abu Muhammad al-Masri Foto: FBI

Según un artículo de The New York Times publicado el fin de semana pasado, Abu Muhammad al-Masri (segundo al mando en Al-Qaeda) fue ultimado en agosto pasado en una operación conjunta entre Israel y Estados Unidos. Aquí hay varias declaraciones y reflexiones sobre su eliminación:

  1. Irán es el principal operador de actividades terroristas del mundo, y alberga a muchos terroristas, incluidos los de organizaciones aparentemente rivales del Eje chiíta, como Al Qaeda.
  2. Si hubo cooperación estadounidense-israelí, indica un alto nivel e íntima cooperación operativa y de inteligencia.
  3. El método de su asesinato (disparos a corta distancia desde una motocicleta) se ha atribuido durante muchos años al «Mossad» israelí, incluido el asesinato de científicos nucleares iraníes en Teherán).
  4. No está claro si el objetivo valió la pena el esfuerzo y si tenía la capacidad para iniciar y llevar a cabo ataques terroristas contra Estados Unidos e Israel. El asesinato podría haber sido para «ajustar cuentas» con al-Masri por sus ataques terroristas pasados ​​(fue el responsable de los ataques a las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania). El objetivo del asesinato de al-Masri era enviar un mensaje claro e inconfundible: ningún terrorista es invencible, independientemente de dónde se encuentre y cuándo opere.
  5. Existe la posibilidad de que los mismos iraníes se hayan cansado de al-Masri y lo hayan asesinado al “estilo israelí” para evadir futuras culpas y acciones vengativas contra ellos.
  6. La hija de Al-Masri, que estaba con él en el coche cuando lo mataron, también fue ultimada. Israel normalmente no asesina a quienes «no participan». Si Israel fue de hecho quien los mató, probablemente había una razón suficientemente buena para hacerlo: podría haber operado como parte de Al Qaeda y, por lo tanto, podría haber sido un objetivo, o tal vez los asesinos querían evitar un testigo ocular de un asesinato, que probablemente pondría en peligro la misión y la seguridad de quienes la llevan a cabo.

Fuente: ALMA Research and Education Center

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