Yusef Hadad, el veterano de guerra árabe que es rechazado en Afula

Imagen aérea de Afula, al norte de Israel. / Foto: MILNER MOSHE (GPO)

A diferencia de la mayoría de población árabe de Israel, que no está obligada a servir en las FDI, Yusef  Hadad –cristiano de Nazareth- se alistó voluntariamente en las fuerzas armadas, donde ingresó en la unidad de élite “Golani” y sirvió en la 2ª Guerra del Líbano en 2006.

Pese a haberse jugado el pellejo por el estado judío en primera línea de combate, Hadad vivió recientemente una traumática experiencia: varios vecinos de la norteña ciudad de Afula, incluido el alcalde, se manifestaron en contra de la adquisición de propiedades por parte de árabes, justo cuando Hadad se mostró interesado por una casa en un nuevo barrio.

Cuando se alistó en 2003, poco después de sus primeros entrenamientos, un terrorista se hizo estallar en un restaurante en Haifa, matando a 17 civiles inocentes. “Ahí murieron cuatro árabes-israelíes. Cuando nos vienen a matar, no hay diferencia entre judíos o árabes”, dijo.

“A las decenas de residentes de Afula que se manifestaron contra la venta de casas a árabes, no les importó saber que hice ni lo que represento. No me quieren aquí de ningún modo”, expresó el ex soldado en una columna de opinión en el digital Ynet. Por si fuera poco, Hadad, que fue gravemente herido por un misil antitanque en el Líbano, también viajó por todo el planeta para defender a Israel en conferencias.

“De mi Nazareth natal a Afula hay 15 minutos de trayecto si no hay tráfico. Tengo muchos amigos judíos en esa ciudad: tantos recuerdos de la estación central, cuando después del shabbat me dirigía a tomar un autobús hacia mi base en el Valle del Jordán. Hace poco también visité a Afula para una revisión de mi herida de guerra en el Líbano”, continuó el ex soldado.

“Pero en Afula también viven varias decenas de residentes, incluido el alcalde Abi Alkabetz, que no quieren que viva ahí. No les importa ni que sirviera en las FDI, ni que soy herido de guerra, ni que represento al estado de Israel en delegaciones de hasbará por el mundo”, comentó. Y añadió indignado: “lo que les importa es que soy árabe, así que no me quieren como vecino”.

Según Hadad, las protestas tras la venta de una casa a una familia árabe –impulsada por una delegación local de la formación supremacista Otzmá Yehudit-, merece una condena total. “La discriminación por motivos de origen, religión o creencias políticas es un acto erróneo en cualquier lugar del mundo. Si un país europeo no dejara vivir a judíos en un pueblo por sus creencias, todos nos indignaríamos, y con justicia. Entonces, ¿por qué dejamos que ocurra algo así en Israel?”, se preguntó.

El veterano de guerra cree que los mismos que se manifestaron contra árabes en Afula son los mismos que aportan motivos “a los que nos odian”, ya que desatan el odio dándole al movimiento BDS argumentos para esgrimir el eslogan de “Apartheid Israel, y ya tienen suficiente material. Además, contribuyen a aumentar las olas de antisemitismo en el mundo”.

Respecto a la cuestión del antisemitismo, añadió un dato curioso: “lo afirmo porque hace una semana y media, un colega árabe me dijo que sufrió comentarios antisemitas sólo porque es israelí”. A su vez, Hadad sufrió protestas antiisraelíes contra él cuando se disponía a dar una charla en París.

“En la conferencia, pregunté los estudiantes locales que sabían sobre Israel, y aluciné con la sarta de mentiras. La mayoría no creían que los árabes tenemos igualdad de derechos, incluso de voto. Pero si se basaran en la manifestación que ocurrió en Afula, creerían que el mentiroso soy yo”, apuntó.

Tras la polémica manifestación de Afula, varios diputados árabes en la Knesset criticaron los hechos. Hadad, no obstante dice que su actitud es diferente: “ellos contribuyeron a incendiar el odio contra los árabes. No se equivoquen, ellos se indignaron solo porque tenían buena propaganda para incitar y afirmar que los judíos no los quieren en su país”.

Y aclaró su punto de vista: “yo no soy un ingenuo. Vivo aquí y experimento el reconocimiento entre los sectores del país. Hay que detener esta bola de odio antes de que sea demasiado grande. Para poder vivir y respetarnos, hay que reconocernos a todos con igualdad e integrar creencias distintas”.

Para concluir, Hadad recordó que “hay árabes en los equipos de enfermeros de hospitales, en fuerzas de seguridad y rescate, negocios, en redes, o la selección nacional de Israel. Podemos y necesitamos vivir unidos. Debemos prohibir que los radicales de ambos lados nos fijen el camino”.

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