Vencedores y vencidos en las elecciones israelíes

Benjamín y Sara Netanyahu Foto: Haim Zach GPO vía Facebook

Tras más de 48 horas de recuento de votos, finalmente el Comité Central Electoral israelí informó en la noche del jueves los apoyos finales para cada partido en los comicios del martes, a falta de las impugnaciones y revisiones, tras las que se publicarán el próximo miércoles los definitivos.

Estos son los grandes vencedores y vencidos en los comicios.

– Las dos grandes fuerzas del Parlamento (Knéset)

El Likud, partido liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu, ha conseguido aglutinar voto de la derecha y, con un total de 36 asientos, ha conseguido sumar seis escaños a los que actualmente tiene su formación, abriendo el camino al jefe del gobierno para formar su quinto Ejecutivo, el cuarto consecutivo.

Pese a sus buenos resultados, al Likud le sigue a muy poca distancia con 35 escaños una formación muy reciente, anunciada tan solo mes y medio y que se puede considerar otro gran triunfador en los comicios: la coalición centrista Azul y Blanco (Kajol Labán).

Encabezada por el ex jefe del Estado Mayor Benny Gantz y el ex ministro de Finanzas Yair Lapid, logró hacer sombra al Likud y construir una opción seria de alternativa de gobierno.

– La izquierda menguante

El Partido Laborista, por el contrario, está entre los claros perdedores, ya que descendió en estos comicios a su mínimo histórico, con solo seis diputados (trece menos que hasta ahora). Los afiliados ya han pedido la dimisión de su líder Avi Gabbay, elegido en primarias en 2017.

Vinculado a históricos acuerdos de paz con los palestinos, como Oslo, y liderado por emblemáticas figuras como Shimón Peres, David Ben Gurion o Itzhak Rabín, el laborismo ha ido perdiendo apoyo progresivamente especialmente desde la Segunda Intifada (2000-2005).

Esto también afectó a Meretz, el sionismo pacifista crítico con la política actual y defensora de la solución de dos Estados, que logró entrar en la Knéset con el mínimo de solo cuatro escaños. Los analistas prevén una posible futura fundición con el laborismo para sobrevivir un próximo test electoral.

– La indiferencia del votante árabe

Las listas que representan a la minoría árabe en Israel no consiguieron aglutinarse ya presentarse de forma conjunta como hicieron en 2015, que les convirtió en la tercera fuerza política con 13 escaños sobre los 120 de la cámara.

En estos comicios, concurrieron con dos listas: Raam-Balad, nacionalista radical e islamista conservadora, y Hadash-Taal, unión del partido comunista, grupos de izquierda y el partido árabe Taal. Hasta el último minuto estuvo en peligro la superación del umbral entrada de Raam-Balad, que finalmente entró con cuatro diputados, frente a los seis de Hadash-Taal. Así, los árabes rebajaron su presencia en tres escaños.

– Los religiosos consolidados

Como era de esperar, Judaísmo Unido por la Torá (ultraortodoxos ashkenazíes, de origen europeo) y Shas (ultraortodoxos mizrahíes, de Oriente Medio y norte de África) consolidaron su posición, aumentando ambos la presencia que tienen en la Cámara en un diputado cada uno a 7 y 8, respectivamente. Ambos apoyarán una coalición encabezada por el Likud, como han hecho en los últimos años.

– La derecha fragmentada

El bloque de derecha sigue siendo el más representado en la Knéset, aunque el éxito de sus componentes no es uniforme.

El ex ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, que presentó su dimisión en noviembre tras discrepancias con Netanyahu por la negativa del gobierno a atacar Gaza, puede considerarse ganador porque, aunque perdió un escaño sobre 2015, los pronósticos le auguraban quedarse fuera del Parlamento.

Otro con resultados positivos fue la Unión de Partidos de Derecha, de Rafi Peretz, también con cinco asientos.

Uno de los mayores perdedores fue el partido Nueva Derecha, creado recientemente por los titulares de Educación y Justicia, Naftali Bennett y Ayelet Shaked, que abandonaron su partido, Habait Haiehudí (Hogar Judío) (que obtuvo ocho asientos en la anterior Knéset) y que esta vez se ha quedado fuera, al lograr solo un 3,22% de los sufragios. Ya ha anunciado que pedirá recuento.

Otro gran vencido es Moshe Feiglin, cuyo partido ultraderechista Zehut (Identidad) se quedó también sin escaños cuando las proyecciones le pronosticaban entre cinco y siete asientos. Analistas advirtieron que este político, que defiende la legalización de la marihuana pero también la construcción del  Tercer Templo judío en el Monte del Templo de Jerusalén, podría tener en sus manos inclinar la balanza hacia un gobierno de Gantz o de Netanyahu. Finalmente, ni él mismo será diputado. EFE y AURORA

 

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