La Fuerza Aérea Israelí atacó por primera vez con misiles aire-tierra Rampage contra objetivos iraníes en Siria, para eludir las baterías de defensa antimisiles S-300 de fabricación rusa, según el reporte de los medios extranjeros.
De acuerdo con informes del exterior, Israel atacó blancos iraníes en una base militar siria en Masyaf, cerca de Hama, el 13 de abril pasado, destruyendo varias instalaciones castrenses. Imágenes satelitales difundidas por la firma de inteligencia israelí ImageSat Internacional mostraron la destrucción total de lo que los reportes suponen que era fábrica de misiles de precisión.
Según el informe de medios extranjeros, la Fuerza Aérea israelí empleó los misiles supersónicos Rampage, desarrollados por la Industria Aeroespacial Israelí (IAI). Los reportes indican que los proyectiles hicieron impacto efectivamente en el blanco neutralizando las baterías antiaéreas S-300, que recientemente fueron entregadas por Moscú al ejército sirio.
Israel prometió reiteradamente que hará todo lo que sea necesario para impedir que Irán se afiance militarmente en Siria, incluso si esto implica ataques militares. A menudo estos embates han provocado fricción con el Kremlin.
El misil Rampage, desarrollado por la Industria Aeroespacial de Israel (IAI) y los Sistemas de la Industria Militar Israelí (IMI), tiene 4.7 metros de largo y pesa 570 kilogramos. Está guiado por un sistema GPS, por lo que se trata de un misil de ataque aire-tierra de largo alcance para todas las condiciones climáticas, tanto de día como de noche. Porta una ojiva diseñada para capacidades óptimas de penetración, permitiendo la destrucción de objetivos dentro de bunkers. El motor del cohete y su avanzado dispositivo de navegación permiten una orientación precisa en un rango de cientos de kilómetros. El misil tiene la capacidad de controlar y monitorear la cantidad de metralla, lo que hará que su ataque sea quirúrgico, preciso y con un daño colateral mínimo, a pesar del hecho de que pasa mucho tiempo en el aire desde el momento en que es lanzado hasta que hace impacto contra el blanco. Su capacidad supersónica hace que el misil Rampage sea difícil de interceptar.
Ha sido diseñado para ser lanzado desde un avión de combate a 150 kilómetros del blanco, lo que implica que no será detectado por los sistemas de detección e interferencia del enemigo.