Un muerto en las protestas en el norte del Líbano

Una manifestante se sienta frente a oficiales de la policía libanesa durante una protesta en Beirut Foto: REUTERS/Mohamed Azakir

El primer ministro libanés, Hasan Diab, respaldó la decisión de los manifestantes de volver a las calles, pero advirtió de que no sigan «jugando con fuego» después de las protestas de por la depreciación de la moneda local, que desembocaron en choques con el Ejército y se saldaron con la muerte de un joven en la ciudad de Trípoli (norte).

«Es normal que las personas vuelvan a las calles y vuelvan a enfurecerse, como lo hicieron en el levantamiento del 17 de octubre, especialmente después de que les quedara claro que ha habido intentos políticos para evitar que el Gobierno abra los casos de corrupción», indicó el jefe del Ejecutivo en un comunicado.

En la última semana las protestas han vuelto a las calles del país mediterráneo, escenario de un movimiento popular desde octubre, tras un parón por la COVID-19, de la que se registran 700 contagios y 24 muertes en el Líbano.

Tras el regreso de las movilizaciones a las calles de la capital y otros puntos del Líbano, ayer hubo choques entre efectivos del Ejército y manifestantes en Trípoli, la segunda ciudad más grande del país.

Según las Fuerzas Armadas, había «intrusos» entre los manifestantes, que atacaron a los uniformados y destruyeron propiedades públicas y privadas, entre ellas tres sucursales bancarias.

Un joven murió por las heridas de bala que sufrió este lunes y el Ejército anunció que ha abierto una investigación para esclarecer lo sucedido, mientras las manifestaciones continúan en la urbe.

Por ello, Diab rechazó todo tipo de violencia y advirtió de que el ataque de «intrusos» contra miembros del Ejército en Trípoli indica que existen «intenciones maliciosas para sacudir la estabilidad y seguridad» del país.

Uno de los motivos detrás de las protestas es la devaluación de la libra libanesa, que se están depreciando en el mercado negro donde alcanzó 4.100 libras frente al dólar, mientras que el precio oficial está fijado en 1.507 libras por un dólar.

El primer ministro aseveró que «el debate sobre las razones del aumento del (precio) del dólar no requiere de muchos expertos, hay factores objetivos y factores comerciales con antecedentes políticos (…) pero el resultado es que este aumento causa un aumento de la presión sobre los libaneses», en una economía fuertemente dolarizada.

Diab reveló el mes pasado que el Líbano arrastra una deuda pública de más de 90.000 millones de dólares, lo que supone un 170 % del PIB, y más del 40 % de la población pronto se situará bajo el umbral de la pobreza. EFE

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