Troika mon amour

27 octubre, 2019 ,
Benny Gantz y Benjamín Netanyahu Foto: GPO Amos Ben Gershom vía Facebook

En la última película de Costa Gavras, “Comportarse Como Adultos”, que relata magistralmente las vicisitudes de Yanis Varoufakis  y  su enfrentamiento sisífico contra la Troika , que está compuesta por aquellos hombres de negro de la Unión Europea que debían velar por que Grecia cumpla las directivas de la UE . Me sorprendió la inoperancia que emana desde un poder supra-estatal, cuando se trata, en realidad de dar forma a una nueva manera de proporcionalidad en el pago de la deuda griega al ritmo de la producción, y acorde con el crecimiento de su PBI. En un pasaje de la película ”el perdedor” Varoufakis,  no pudo convencer a Tzipras que había que aguantar otro poco, para doblegar al poder, obligándolo  a ser consciente de su error y salir de la crisis fortalecidos.

“Hay siempre razones para la resistencia“, dirá Costa Gavras en una entrevista.

Se trata de la terceridad en política, y no se trata de la Troika que nos persigue, como ave voraz y obsesiva; sino que el Tres representa también: la unidad de lo masculino y lo femenino. Es así como se crea el lugar o lo que se configura, y se crea entre ambos: ese espacio de convivencia que promueve el deseo de engendrar algo más, llegando casi siempre a la configuración de tres.

Conceptos como la trilogía, el tridente, el Tres D,  la Trinidad, el triunvirato, el trípode, o el menage a troix, están basadas en tres unidades que representan a un conjunto.  Se necesitan tres puntos de apoyo para alcanzar el equilibrio, o la tan conocida y práctica regla de tres para realizar cálculos matemáticos.

Además, no debe ser casualidad, supongo, Colón descubre América con tres carabelas conocidas como Santa María, la Niña y la Pinta. Los colores primarios amarillo, azul y rojo,  el Vini,  Vidi, Vinci  declarado por Julio Cesar ante el senado romano, Liberté, Égalité, Fraternité de la  Revolución Francesa, Razón Equidad y Justicia del derecho Masónico y que decir del Hat Trick del futbol, o del Padre,Hijo y Espíritu Santo.

Y por último el famoso seguro contra terceros, el Yo, el Ello y el Superyó que propone Sigmund Freud como aproximación terapéutica y de investigación de la mente humana y el inconsciente, que está presente en casi todos los ámbitos de nuestras vidas.

La Troika, ese engendro político de configuración del poder, está hoy nuevamente en las mentes de aquellos que desean gobernar y no pueden convencer a más de la mitad de los votantes que pueden gobernar en solitario, esta será posiblemente una solución realista y alternativa al gobierno unitario.

Me pregunto en estos tiempos de inestabilidad debido a la atomización del electorado, si en países como Argentina, Israel, España, Portugal, Italia, no sería mejor encarar troikas de gobierno que permitan gobernar y reconducir al país en momentos de empate técnico en las urnas, o tablas, parafraseando una partida de ajedrez. Que también es una señal que el pueblo da a sus políticos, mostrando el camino de la cohabitación o colaboración “entre diferentes”, cuyo objetivo principal debe configurar un orden que permita ejercer el poder elaborando pactos entre diferentes, e incluso entre acérrimos contrincantes.

Estas Troikas no son eternas. Y también fracasan cuando comienzan las fricciones, los roces entre personalidades, egos, y los cotos de poder, que pueden llevarlos al colapso.

La clave está en el pensamiento de largo plazo, que un conjunto de millones de ciudadanos debe exigir a estas configuraciones de poder en tiempos de crisis económica, y por la descomposición de las ideologías del Siglo XX que a veces parece como si hubiese acaecido hace cientos de años, debido a que los modelos de acontecer del siglo en que vivimos son ya inmensamente más rápidos y significativos que los de “aquel” siglo.

La clave para el éxito de la llamada Troika (que por cierto viene de un tipo de carreta muy usada antiguamente en Rusia para tirar de un trineo mediante tres caballos), es casi siempre una visión conjunta de las dificultades prioritarias de la gente, dando primacía al conjunto de la sociedad, minimizando intereses partidistas de bajo nivel de abstracción, una misión casi imposible, pero imprescindible hoy.

No se trata de que los integrantes miren hacia otro lado, para que este “carruaje político” tirado por tres, viaje por buen camino, sino que eventualmente funcionará solo si se establece una dinámica de pactos consecutivos en los temas “relevantes para el pueblo”, y el crecimiento en libertad,  distribuyendo con justicia la riqueza creada.

Con la mirada puesta en tres ejemplos políticos relevantes de estos últimos meses, y con la inminencia de “Crisis de país”, sería buena idea: recuperar del baúl de los acontecimientos históricos el hacer de a tres de a dos, o dos + una, según el caso.

Las Derechas e Izquierdas han quedado obsoletas de facto, en el mundo donde solo se esgrimen como “palabras / significantes”, con objeto de evitar el horror vacui, y para descolocar al otro o arrinconar a un adversario que tampoco pertenece ya a esa esfera de ideas, ya sea porque nunca estuvo allí en la izquierda, (como la entendimos en el siglo pasado). Es el caso de Sánchez en España, un político de carrera que resiste a pesar de no poseer algo más que su obsesividad, declarado en su libro “Manual de Resistencia”.

En el caso de Benny Ganz en Israel, un general retirado que a fuerza de buen talante y experiencia combativa se rodea de la “izquierda trasnochada” para pasar la valla de 60 diputados, y no recula ni siquiera de usar al partido árabe unido, ”anti-sionista”, para que con su abstención permita formar un gobierno. Esta unión de partidos, llamada de “izquierdas” por la derecha del Likud, que temerosos de esta palabra comodín, giren a la derecha y voten Netanyahu, que de momento está en la cuerda floja después de 10 años en el poder.

Y tampoco olvidemos que los votantes de Ganz no son verdaderamente de izquierda. Solo juegan a aglutinar a su alrededor masa crítica para detentar el poder.

El ejemplo de Argentina es más complejo. No solo porque el enfrentamiento es antiguo, persistente e inabordable de momento, sino porque la fractura o grieta, como llaman allí a la imposibilidad de acuerdo entre ambas minorías “intensas”, el Peronismo y cualquier partido “de cambio” . Ambas dotadas de un liderazgo intransigente. Un conjunto de dirigentes que los siguen, el apoyo de un sector de los medios, y un núcleo  irreductible de adhesión social de aproximadamente un 30% del electorado. El problema es que ambas fuerzas no consiguen ampliar apoyos para crear una gobernabilidad sostenible.

Hay destellos de tercera vía  alrededor del ex ministro  de economía Roberto Lavagna, un exitoso técnico de la economía de la época del “corralito”, con pocas probabilidades de ganar una elección, que podría liderar o moderar la configuración de un tripartito utópico, pero imprescindible en la actual situación de caída libre  de la economía y la falta de credibilidad que esto crea dentro y fuera de la Argentina.

No pretendo comparar o meter en un mismo saco a estos dos países mediterráneos y a la Argentina. Solo se trata de aplicar unas posibles salidas a encrucijadas parecidas en estos tiempos y lugares.

Sanchez el resistente y “rey del postureo”. Casado el delfín de Aznar y Rivera el nuevo liberal en España. Netanyahu o King Bibi, Ganz el novedoso general y Liberman el Putin del país moderno, en Israel.  Macri el presidente “market friendly”, Fernández “el elegido” por Cristina para ser su escudo “anti juzgados”. Todos deberían tomar buena nota de esta posibilidad de Gobierno tripartito, que permita a España, Argentina e Israel salir de la encrucijada en que se encuentran, sin nuevas, no necesarias y costosas elecciones.

Nunca antes había sido tan clara la salida, vía pensamiento lateral, esa idea que en el siglo pasado elaboró, con mucha sabiduría Edward De Bono.

De este laberinto se podrá salir por arriba, por el costado o destruyendo los Muros. Lo que no se puede es seguir intentando “con más de lo mismo” y pensar que sucederá algo diferente.

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