Todos los escenarios abiertos para la formación de un Gobierno en Israel

Benny Gantz y Benjamín Netanyahu Foto archivo: REUTERS/Amir Cohen, Ariel Schalit/Pool vía REUTERS

El partido Likud ha dejado de ser el más votado en Israel pero su líder, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, busca fórmulas para mantenerse en el cargo, mientras su rival Benny Gantz, jefe de la coalición centrista Azul y Blanco (la fuerza más votada en los comicios del pasado día 17), exige ser el que encabece un Gobierno de unidad para romper el estancamiento político.

La publicación este viernes de los resultados finales de los comicios, a falta de algunas revisiones, confirma la complicada situación a la que se enfrenta Israel y que tiene su primer examen el domingo, cuando el presidente del Estado, Reuvén Rivlin, comience las consultas para designar un candidato encargado de desbloquear la situación.

En el Parlamento, 33 de los 120 escaños son para Azul y Blanco, dos más que el Likud, que ha perdido 28.000 votos con respecto a los comicios de abril, y sin posibilidad de formar un Ejecutivo de coalición con sus aliados, pues totalizan 55 escaños, a seis de la mayoría absoluta en la Kneset (parlamento), compuesta por 120 escaños.

Netanyahu fue el primero en romper el hielo y ofrecer este jueves un gobierno de unidad a Gantz, pero a condición de incluir a sus socios – derecha y ultraortodoxos-, lo que fue rechazado por el líder centrista que apoya la alternativa de gran coalición (gobierno de unidad nacional, en la terminología política israelí), pero «liberal» y liderada por él.

Con estas opciones se presentarán el domingo ante Rivlin, quien también se reunirá con la Lista Conjunta árabe, que ha conseguido situarse como tercera fuerza en el Parlamento con 13 escaños, e Israel Nuestro Hogar (Israel Beitenu), del nacionalista laico Avigdor Liberman, considerado actor clave con sus 8 diputados.

Liberman, que ya durante la campaña instó a un gobierno de unidad sin extremistas ni religiosos, es el único que se ha pronunciado hoy para aclarar que todavía no ha hablado ni con Gantz ni con Netanyahu y que no tomará una decisión hasta que su partido se reúna el mismo domingo.

De acuerdo con las previsiones legales, el presidente del Estado de Israel también recibirá al partido ultraortodoxo sefardí Shas, cuarta fuerza parlamentaria con 9 asientos, que ya ha comprometido su nominación a Netanyahu, junto con Judaísmo Unido de la Torá (8 escaños) y la alianza del sionismo religioso, Yamina (7 escaños).

Antes de ofrecer a Gantz este jueves un gobierno de unidad, Netanyahu había firmado un compromiso con estas fuerzas para llevar a cabo las negociaciones como un solo bloque (que en total tiene 55 escaños), en un intento por mantener su liderazgo en un eventual Ejecutivo.

El próximo lunes, además de Judaísmo Unido por la Torá y Yamina, Rivlin recibirá al Laborismo-Guesher (6 diputados) y la izquierdista Unión Democrática (5), quienes previsiblemente nominarán a Gantz.

Todos los escenarios han quedado abiertos incluso la posibilidad de que ningún candidato consiga desbloquear la situación y así evitar unas terceras elecciones en menos de un año, como opina Liberman que pretende Netanyahu con propuestas inviables.

Sus compañeros del Likud han cerrado filas en torno él y el ministro de Cooperación Regional, Tzahi Hanegbi, declaró hoy a la Radio Kan que un gobierno de unidad con otro miembro del partido que no sea Netanyahu es imposible e «inmoral».

Gantz descartó durante la campaña gobernar junto a Netanyahu de ser finalmente acusado, algo que se sabrá después de la audiencia (vista) judicial del 3 de octubre, cuando el fiscal general del Estado tiene que formalizar o no su acusación en tres casos de corrupción.

Netanyahu recibió hoy al enviado especial de la Casa Blanca para Oriente Medio, Jason Greenblat, para abordar el plan de paz con los palestinos que elabora la Administración de Donald Trump y que el mismo primer ministro había asegurado que se presentaría tras las elecciones.

Durante la campaña, Netanyahu insinuó que este plan podría incluir la anexión del Valle del Jordán, en Judea y Samaria (Cisjordania), que anunció como promesa electoral, si obtenía un «claro mandato» en las urnas.

Sin embargo, los resultados no han garantizado que el actual jefe de Gobierno tenga la seguridad de reeditar un quinto mandato.

Aunque los medios habían publicado que el enviado de EEUU se reuniría también con Gantz, dado el periodo de transición en el que se encuentra el país, una portavoz de la Embajada estadounidense en Israel aseguró que solo constaba en su agenda el encuentro con Netanyahu. EFE y Aurora

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