«Paramus», de Chano Domínguez y Hadar Noiberg, recupera la música ladina

Chano Domínguez Foto archivo: REUTERS/Darrin Zammit Lup

La flautista Hadar Noiberg nació en Tel Aviv (Israel) y el pianista Chano Domínguez en Cádiz, sur de España, pero los dos viven desde hace años en Nueva York, donde alumbraron un álbum, «Paramus», que recupera para el jazz la música tradicional mediterránea, española e israelí, con parada en el flamenco.

«Nos conocimos en Bremen (Alemania), en la feria Jazzahead, y allí caímos en que los dos vivíamos en Brooklyn. Ahí empezó nuestra relación profesional y de amistad», explica el gaditano con motivo del lanzamiento del disco.

Domínguez y Noiberg, que llegó a Estados Unidos con 21 años, han estado los últimos dos años trabajando el repertorio del disco porque querían lograr «una voz propia creada entre los dos».

Domínguez (1962) está «muy feliz» de haber hecho el dúo con Noiberg (1982) porque, asegura, los dúos «son apasionantes; es un formato que permite entenderte y tener una complicidad que de otra manera es imposible».

«Paramus» comienza con «Alegrías De Cai», una pieza que Domínguez compuso hace cerca de 40 años para su grupo de rock sinfónico, Cai, y le sigue una versión de «Canción de amor» de Paco de Lucía, y el tema del pianista «Carrusel», inspirada en una antigua rumba, y que nunca hasta ahora había grabado.

La composición de Noiberg «Chango», un «paseo» lleno de color y dinamismo, está dedicada a Domínguez y este le dedica a ella a su vez la efervescente y «brasileira» «HH».

El gaditano brinda «If I Think of You» a su nieto y a Joe Zawinul y su fusión musical; mientras que «Loro», de Egberto Gismonti, es un puente entre el jazz y la música clásica.

Recuperan el folclore ladino y sefardí la popular «Morenika», que han puesto «casi a compás de bulerías», y la pieza del israelí Shlomo Biderman «Na’ama».

«Paramus» es una improvisación de Domínguez y Noiberg que muestra su grado de compenetración y el disco concluye con «Plaza de Mina», compuesta originalmente para la big band WDR.

«Realmente hay una conexión entre nosotros que viene del Mediterráneo, del Magreb, de Andalucía. Este es un trabajo muy auténtico, en el que todo se transmite a través de la flauta y el piano, nada más», añade Domínguez, que «probablemente» traerá el año que viene de gira a España el disco.

El pianista y compositor asegura que está «muy contento» con su decisión de marcharse hace seis años a Estados Unidos, porque «lo artístico» sufría «un tiempo de mucha crisis.

«Hice lo apropiado aunque echo de menos a mi país, pero realmente para desarrollar la actividad que yo hago creo que un sitio como Nueva York me da más alas, me facilita conexiones y me tiene mas empapado con lo que esta pasando, pero es que además me he encontrado con algunos flamencos y hemos armado un cuarteto», se ríe.EFE

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