Netanyahu mide hoy su liderazgo en unas primarias decisivas para Israel

Benjamín Netanyahu y Gideon Saar Foto: Gali Tibbon/Pool vía REUTERS y REUTERS/Francois Lenoir

El primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, mide hoy su liderazgo al frente del Likud, en unas primarias que desvelarán si mantiene el apoyo de los militantes tras su acusación por corrupción y si Gideon Saar se convierte en el primer rival interno capaz de hacerle frente.

Desde las nueve de la mañana hora local (07.00 GMT) y hasta las once de la noche (21.00 GMT), los 116.048 afiliados del Likud votan hoy en las 106 urnas distribuidas en todo el país, en unas primarias cuyos resultados se esperan este viernes y pueden ser fundamentales para el futuro del que ha sido primer ministro la última década.

Netanyahu, acusado desde noviembre de cohecho, fraude y abuso de confianza en tres casos de corrupción, no logró formar gobierno tras los comicios de abril y septiembre, y pretende retener el liderazgo del partido, que le garantiza el primer puesto de la lista para la repetición electoral del próximo 2 de marzo.

Además, el actual mandatario busca confirmar, con la elección de hoy, la lealtad inquebrantable de los militantes frente a Saar, que desde que se formalizó la acusación por corrupción presionó para que se renovara el liderazgo.

Hijo de una maestra israelí y un médico argentino llegado a Israel en la década de los 60, Saar militó desde joven en organizaciones de derecha y, tras una breve carrera como periodista y algunos años como funcionario del ministerio de Justicia, tuvo su primer puesto importante en el Likud en 1998, como secretario del Gabinete del primer gobierno de Bibi (Netanyahu).

Tras un corto período donde se dedicó al Derecho, Saar retornó al Likud, entonces ya liderado por Ariel Sharón, y en 2003 se convirtió por primera vez en diputado de la Knéset (Parlamento).

Desde ese momento fue escalando posiciones dentro de la formación y, además de ser número dos en la lista del partido en las elecciones de 2009 y 2013, fue ministro de Educación y luego de Interior.

Durante esos años, radicado en la laica Tel Aviv, implementó algunas políticas sociales liberales pero también adoptó la férrea línea de derecha que lo caracteriza y que ha enfatizado notablemente en las últimas semanas, al prometer como Netanyahu la anexión del Valle del Jordán y de los asentamientos judíos de Cisjordania (Judea y Samaria).

Ha descrito la llamada solución de dos estados al conflicto con los palestinos como «una ilusión» y ha propuesto construir más asentamientos en la parte este de Jerusalén, liberada por Israel de la ocupación jordana en la Guerra de los Seis Días, de 1967.

Pese a haberse significado como rival de Netanyahu, los analistas prevén una victoria del actual primer ministro, aunque recibir un alto apoyo podría posicionar a Saar como sucesor natural al frente del Likud cuando Bibi abandone el cargo, ya sea de forma voluntaria, por la vía electoral o forzado por su situación legal.

Aunque Bibi se mantenga como cabeza de lista, la Corte Suprema deberá decidir el próximo martes si un acusado puede o no recibir el encargo de formar Ejecutivo, algo que podría resultar decisivo para el futuro político de Netanyahu.

Como primer ministro, aunque en funciones y con el Parlamento disuelto, todavía puede solicitar a la Cámara la inmunidad hasta el próximo 1 de enero.

Más allá de las dificultades legales, el actual mandatario se enfrenta por primera vez en catorce años como líder del partido a un rival que representa un desafío real y que, además, ha logrado generar unas divisiones internas hasta ahora inéditas en el Likud. EFE y Aurora

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