“Libra Home”: realidad virtual para entrenar pacientes con problemas neurológicos

Ofer Laszewicki Rubin – Jerusalén

Alberto Saul no viene del mundo de la medicina, pero ha logrado impulsar un innovador proyecto que supone un avance para los terapeutas que tratan con pacientes con problemas neurológicos. En una humilde oficina en la escuela de ingeniería Azrielli de Jerusalén, la start-up Libra Home, de marcado acento latino, desarrolla gafas de realidad virtual que ayudan a pacientes con problemas neurológicos a entrenar y mejorar su visión.

Nacido en el seno de una familia judía uruguaya de marcado carácter sionista, Alberto llegó a Israel para completar un “shnat” –programa educativo anual-, y al terminarlo llamó a sus padres para confirmarles que no tomaría un vuelo de regreso a Montevideo. Se enroló en el ejército, donde desarrolló sus dotes tecnológicas: formó parte de una unidad encargada de generar simuladores de vuelos para pilotos de la fuerza aérea. “Hay cosas que son muy peligrosas para hacerlas en la vida real. Entonces, lo pasamos al mundo virtual y el piloto hace ciertos ejercicios en el cual está fuera de peligro”, explica a Aurora en una sala repleta de prototipos de simuladores.

La idea de crear su propia Start-up nació tras una conversación informal con Darío Geisinger, otro joven judío uruguayo, que hizo “aliyá” a Israel hace cinco años, y al que conocía como miembro de la vida judía en el país latinoamericano. Darío, procedente del sector médico, estaba interesado en aplicar la alta tecnología al campo de la neurología. Visitó a su actual socio durante su servicio militar, y comprobó de primera mano las bondades que la simulación virtual ofrece.

Gafas de realidad virtual y un simulador en las oficinas de Libra Home.

“En Israel hay una comunidad latina que ayuda y fomenta el desarrollo de empresas innovadoras”, cuenta Alberto, que reconoce el apoyo que recibió tanto de empresarios del sector privado como de la administración pública israelí para emprender su proyecto. “Lo que hacemos nosotros es crear un mundo virtual, en el cual pacientes con problemas neurológicos puedan entrenar con un mundo muy controlado, donde se pueden controlar todos los parámetros”, explica.

Su proyecto está destinado a gente que tiene “problemas por ejemplo de equilibrio, puede ser por un problema del oído interno, o puede ser un problema mismo en el cerebro”. Para ello, desarrollan sus prototipos de simuladores, con la ayuda de una impresora 3D y una prueba constante de sus resultados.

“Aquí hay una calle con autos, y él con su centro de masa está moviendo una pelota que va comiendo los vehículos”, muestra Alberto, utilizando a uno de sus compañeros de oficina como conejillo de indias. Su “centro de masa” está ubicado sobre una pequeña plataforma en el suelo que detecta sus movimientos, y a través de las gafas de realidad virtual sigue las indicaciones y avanza en el entrenamiento.  “Por varias razones puede haber un problema en el oído interno, o en el cerebro, o por una edad mayor en que las neuronas o las conexiones no son tan buenas. Entonces, la información no llega al cerebro de manera correcta” especifica.

Sus clientes, esparcidos por los cinco continentes, son principalmente terapistas: “tomamos toda esa rehabilitación, la transformamos en el mundo virtual y se la damos al terapista, que es el que usa nuestra herramienta. Ofreceremos una caja de herramientas mucho más grande, ya que nosotros le damos mundos virtuales, en el cual puede llevar al paciente a la calle, al supermercado o a otras situaciones del día a día”, indica Alberto.

Y nos muestra su último avance: una aplicación para smartphones, que permite al terapista diseñar programas a medida para sus pacientes, y poder seguir su evolución sin necesidad de estar presencialmente, ya que “el paciente se puede llevar con su teléfono y unos cascos muy baratos de realidad virtual la terapia que hace en la clínica a la casa”.

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