Julius Hirsch, el ídolo judío-alemán que asesinaron en Auschwitz

Foto: Wikipedia Dominio Público

Julius Hirsch fue uno de los mejores futbolistas alemanes de principios del Siglo XX. Fue el primer futbolista judío en jugar en la selección alemana de fútbol y convertir varios goles. Contribuyó de manera notable a la evolución del fútbol del país en la primera mitad del siglo XX y fue campeón de varias ligas alemanas. Combatió para Alemania en la Primera Guerra Mundial, llegando a ser galardonado con la Cruz de Hierro por su valor. Pero nada de todo aquello le valió para evitar ser ejecutado en Auschwitz. Su delito, ser judío…

Julius Hirsch nació en Achern, Baden-Württemberg, el 7 de abril de 1892. Era el séptimo hijo de una familia de comerciantes judíos afincados en el oeste de Alemania. A los 10 años se enroló en la cantera del KFV, uno de los equipos de fútbol de la ciudad de Karlsruher. A los 17 años llegó al primer equipo y en 1910 conquistaba el título de campeón de la liga alemana, el único en toda la historia del club. Ganó también tres ligas del sur de Alemania de manera consecutiva. Formó una temible delantera junto a Fritz Förderer y Gottfried Fuchs. Un año más tarde, con tan solo 19 años, fue convocado por primera vez para la selección nacional alemana con la que llegaría a disputar 7 partidos entre 1911 y 1914, sumando varios goles. Su tremendo disparo con la zurda, su velocidad, y su entrega durante los 90 minutos, peleando todos los balones tanto en ataque como en defensa, eran sus mejores armas. Es por ello que es considerado uno de los mejores futbolistas del país y todo un ídolo para los aficionados.

En 1913 firma contrato con el equipo Greuther Furth, dando un salto de calidad en su carrera: en su primer año en Bavaria, se proclama también campeón de liga. También el único título nacional en la historia del club. Fue el primer futbolista alemán que consiguió ganar dos campeonatos con dos clubes diferentes. En ese momento tenía sólo 22 años, dos títulos de liga y unos magníficos registros goleadores en la selección alemana. Pero al año siguiente le sorprendió la Primera Guerra Mundial. Quizá por defender su país, quizá porque no le quedó otra opción, Hirsch acudió al frente de batalla en el este del país. Consiguió salir vivo de la Guerra, incluso con una Cruz de Hierro en reconocimiento a su valentía en combate. Su hermano Leopold, falleció en el frente de batalla.

Una vez finalizada la Guerra, Julius Hirsch regresó al Karlsruher, donde jugó durante seis años más, continuando con sus magníficos registros goleadores, y ganando con el equipo una nueva liga del sur de Alemania. En 1925, con 33 años, se retira del fútbol pero continúa como directivo y como formador de jugadores en la cantera en el club de toda su vida de la que él mismo había formado parte. Hasta que en 1933 es obligado a dejar el Karlsruher después de que Hitler ordenara, a todos los clubes del sur de Alemania, que debían expulsar a sus miembros de origen judío. Orden que el KFV cumplió. Según afirma el historiador alemán Werner Skrentny en su biografía sobre Hirsch se habría marchado sólo, no sin antes dejar constancia de su descontento, afirmando que, como él, muchos habían dado todo por la selección alemana, por el fútbol germano, e incluso su propia sangre por el país al combatir en la Primera Guerra Mundial.

Entre el colapso económico que vivía el país, y la nueva legislación antisemita, Hirsch comenzó a viajar por toda Europa en busca de ganar algo de dinero. En ocasiones encontró trabajo como entrenador; también participó en la industria textil. En 1937 encontró un puesto en una compañía de impresión, propiedad de un empresario judío. De nuevo en Alemania. Pero no duraría mucho el negocio. Las cosas para los judíos se habían puesto muy difíciles. La persecución antisemita iba en aumento. En 1943, fue finalmente deportado al campo de concentración de Auschwitz. Tenía 51 años, nunca nadie volvió a saber nada más de él. Es realmente desconocido lo que sucedió con Julius Hirsch en Auschwitz. Su nombre no aparece en los libros de registro del campo de concentración. En 1950 las Cortes Alemanas declararon su muerte el 8 de mayo de 1945.

El mejor amigo de Hirsch en los terrenos de juego y compañero en la inolvidable delantera del Karlsruher, el también judío Gottfried Fuchs, logró escapar del Holocausto. Primero se marchó a Inglaterra, y posteriormente a Canadá, donde en 1940 se cambió el nombre a Godfrey Fochs. Consiguió vivir siempre con el fútbol como mejor aliado, y falleció el 25 de febrero de 1972, a los 82 años de edad.

El trabajo de Julius Hirsch, su magnífica trayectoria y su tragedia sí quedaron para el recuerdo del fútbol alemán. Desde 2005 la Federación Alemana de Fútbol otorga en su homenaje el PREMIO JULIUS HIRSCH para aquellas figuras que den ejemplo de tolerancia e integración dentro del fútbol alemán.
No olvidemos su memoria y la de tantos otros hombres y mujeres de valor que fueron asesinados por la barbarie nazi.

Extraído de Facebook – Personalidades Judías de Todos los Tiempos

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